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CABALLEROS DE LA ORDEN DEL FUEGO (CAFH)

LOS ORÍGENES DE CAFH

¿Qué significa la palabra “Cafh”?

La palabra Cafh tiene raíces antiguas y varios significados, por ejemplo, es la undécima letra del alfabeto hebreo. También figura en el Tarot como la carta La Fuerza, simbolizada en la figura de una mujer que sostiene las fauces de un león.
Para los miembros de Cafh, la palabra Cafh simboliza el esfuerzo del alma para alcanzar la unión con Dios. Al mismo tiempo representa la presencia de lo divino en cada alma.

Su creador fue Santiago Bovisio fue un escritor y pensador nacido en 1903 en Bérgamo, Italia.
Nacido en el seno de una familia de católicos practicantes, Su escolaridad formal fue en Vigevano, una pequeña ciudad en ese entonces, como así también en un monasterio Pasionista en Turín, donde se interesó mucho en sus enseñanzas y en las doctrinas místicas del cristianismo.

Más tarde, ingresó a la Orden de los Caballeros del Fuego, rama europea (C.H.E.F.) en la ciudad de Venecia, bajo la guía del Maestro Giovanni Veniviene, uno de los mejores herboristas de Europa, con quien aprendió Medicina Natural. Bovisio tuvo como iniciadores en Italia a Madame Blavatsky y Rudolf Steiner, quienes lo introdujeron en grupos teosóficos y antroposóficos.
Todos los miembros de esa Orden, dijo él más tarde, desaparecieron en la devastación de la Segunda Guerra Mundial. Sus estudios le dieron una profunda comprensión de la tradición ascético-mística Judeo-Cristiana y a través de ellos percibió la necesidad de una transformación espiritual universal de la conciencia. Luego de su formación, miembros de la Orden le sugirieron que fuera a América para fundar allí una nueva obra espiritual.
Tenía solamente 22 años de edad cuando llegó a Buenos Aires en Enero de 1926. Ya en la Argentina, reunió elementos de las órdenes de caballería y del esoterismo medieval para constituir CAFH. Pocos años después de llegar a Buenos Aires, se casó con Amelia Taccagni y con ella formó una familia. Amelia lo acompañó a lo largo de su vida, no sólo como una esposa y madre, sino como una devota compañera espiritual.
Durante sus primeros 10 años en Argentina, Santiago se esforzó por difundir su visión de la vida espiritual. Dio charlas, escribió publicaciones y organizó actividades para el adelanto humano. Durante esos primeros años, creó su primera institución pública, la Unión Savonaroliana (basada en algunas enseñanzas del reformador dominico 1452-1498, que -según sus afirmaciones- era su guía astral), que reunía gente una vez por semana para orar, estudiar y planificar trabajos de naturaleza social en beneficio de la sociedad. Era un trabajo con una orientación social concreta; los miembros de esa institución regularmente visitaban a los enfermos en los hospitales, ayudaban en las cárceles y trabajaban con los pobres en diversas formas.
Posteriormente crea en la ciudad de Rosario (Argentina) la "Universidad Espiritualista Argentina", a la que se incorporaron diversos grupos espirituales de la época. Algunas de las personas con las que Don Santiago se encontró en esos días tenían el anhelo de profundizar su trabajo espiritual.  Respondiendo a ese anhelo, en 1937 Santiago fundó Cafh, un camino espiritual que ofrece a las almas los medios para desenvolver una mística de amor y ofrenda, con una enseñanza universal al alcance de todos los seres humanos.
En los primeros años, Santiago pensó que Cafh sería similar a la Orden esotérica europea que él había conocido –pequeña en número y desconocida para la sociedad.
En la Enseñanza de Cafh, Santiago dio su visión del desenvolvimiento espiritual, del devenir, de las grandes religiones y de la ascética-mística Judeo-Cristiana, además de enseñanzas tradicionales de las escuelas esotéricas relativas a los mundos astrales y mentales. La ascética-mística se basaba en la oración, la meditación, el autocontrol y la práctica de acciones honestas y, en los primeros años, fue practicada por un pequeño número de individuos.
Hacia 1948 Santiago comprendió que Cafh tendría un futuro muy diferente del que había imaginado: la enseñanza universal de Cafh estaría disponible para todos los seres humanos que aspiraran a desenvolver sus posibilidades espirituales.
Desde 1948 hasta 1962 Don Santiago trabajó para establecer las bases de lo que es Cafh al día de hoy: una organización espiritual con un Reglamento, un Método de Vida y un Ceremonial que le da a sus miembros los medios para trabajar espiritualmente y desenvolver sus estados de conciencia.
Los miembros de Cafh se reúnen semanalmente en pequeños grupos para estudiar, meditar, dialogar y profundizar en la vida espiritual. Santiago fundó grupos de Cafh en Argentina, Brasil, Chile y Venezuela.
Durante su vida, Cafh dejó de ser una orden secreta: él abrió Comunidades y casas de Retiro, creó instituciones y obras patrocinadas por Cafh que hicieron explicita su existencia. Más aún,  Santiago enseñó a los miembros de Cafh la necesidad de brindar el Mensaje de Renuncia a la sociedad y de poner Cafh a disposición de todos aquellos que desearan desenvolverse espiritualmente.


DOCTRINA
Santiago transmitió la enseñanza a través de una amplia variedad de escritos así como a través de Mensajes presentados cada año en la asamblea anual de Cafh.
Si bien Santiago fundó Cafh inspirado en la tradición de las órdenes esotéricas europeas, desde el primer momento insistió y en 1937 lo escribió en el curso Desenvolvimiento Espiritual– que la humanidad estaba entrando en una nueva era, que grandes cambios ocurrirían en la sociedad y que se descubrirían posibilidades jamás soñadas. Con esta visión y el trabajo interior ya realizado por los miembros de Cafh, en el Mensaje de 1956 Don Santiago amplió el rumbo del camino místico hasta entonces un camino de introspección y oración hacia un enfoque más expansivo: un camino que abraza a la sociedad y la condición humana.  Santiago enseñó que la Participación con todas las almas es la esencia del amor.
El Mensaje de 1957 estimuló a los miembros de Cafh a realizar y transmitir la idea de la Renuncia e hizo más explícito el significado de la Participación, explicando sus dos aspectos: Participar es compartir con otros la riqueza espiritual que descubrimos a través de nuestra comprensión y experiencias. Participación también significa aprender de lo que encontramos bueno y aplicable en las nuevas ideas, y aprender de los descubrimientos que aparecen en la sociedad.
El Mensaje de 1960 contextualizó la Mística del Corazón, diciendo que teníamos que sostenerla sobre una base rigurosa de conocimiento, para poder evaluar nuestras experiencias interiores y nuestras creencias con mayor claridad, ya que la evaluación que podríamos hacer, basándonos sólo en nuestras experiencias subjetivas, tiende a priorizar nuestras impresiones de percepción por sobre los hechos tal como ocurrieron.
El Mensaje de 1961 clarificó más aún este enfoque para nosotros, recordándonos distinguir entre la fe y la comprensión de lo que es cierto, no confundir la verdad con experiencias místicas subjetivas ni con teorías acerca de la vida sobrenatural. De esta forma, nos urgió a aplicar el método científico a la vida espiritual, especialmente el concepto de verificación.
En cuanto a la enseñanza,  Santiago pensaba que ya no había conocimiento esotérico (conocimiento accesible sólo a los elegidos o iniciados), que todo lo que una vez estuvo escondido estaba ahora al alcance de todos. Asimismo dijo que las enseñanzas esotéricas de tradiciones pasadas deben responder al rigor científico, que aquéllas que no podían ser probadas deberían tomarse solamente como teorías que eran posibles, pero no definitivas.
Enseñó que el avance en el conocimiento científico no solo no era opuesto a las ideas religiosas y espirituales, sino que en realidad las sostenía y las expandía. Para Santiago, la fe tenía un significado especial: más que afirmar que esta o aquella creencia era correcta, la fe es la certeza profunda de que cada uno de nosotros tiene dentro de sí, como ser humano, la capacidad de responder a las preguntas fundamentales de la vida. Este enfoque de la fe es el espíritu de las enseñanzas de Cafh: ellas son ofrecidas como material de estudio y trabajo, no como artículos para creer. Santiago nos explicó que Cafh es una idea y una obra apropiadas a los nuevos tiempos que él veía venir, en los que el conocimiento estaría accesible a cualquier persona que quisiera encontrarlo.

Tras décadas de trabajo en Cafh, lo encontró la muerte en un accidente de tráfico en las inmediaciones de Río Cuarto el 3 de julio de 1962.
A su muerte,  asumió como Gran Maestre Jorge Isaac Waxemberg, quien a comienzos de los años ’70 estableció vínculos con José López Rega, Ministro de Bienestar Social del gobierno peronista y fuertemente vinculado a grupos esotéricos. Siletta asegura que, a instancias de López Rega, Waxemberg llegó a ocupar un cargo en el PAMI. Y en 1975, el Gran Maestre sugirió a López Rega que ubique a otro miembro de CAFH, Celestino Rodrigo, como Ministro de Economía. Rodrigo pasó a la historia por haber instrumentado una brutal devaluación, disparadora de una espiral inflacionaria que arrastró al propio ministro. Antes de su ocaso político, Celestino Rodrigo había publicado “Alborada del Hombre Nuevo”, un libro para consumo interno de la estructura fundada por Bovisio.
Unos 20 años después, otro caballero de la orden llegó a ocupar un destacado cargo dentro del gobierno nacional. Pedro Pou, quien se desempeñó como presidente del Banco Central durante una parte de la década menemista, es señalado actualmente como uno de los miembros jerárquicos de CAFH. Por los nombres de Rodrigo y Pou, en algunos artículos periodísticos los Caballeros del Fuego son rebautizados como “la secta de los economistas”.

MÉTODO DE CAPTACIÓN
Entre las denuncias acreditadas por disidentes del grupo, se sostiene que la estrategia de CAFH consiste en captar miembros que permitan acrecentar el patrimonio financiero de las fundaciones creadas por Bovisio como sostén de la Orden. Se cita el caso de una empresa de Mar del Plata, en la que se convenció al dueño de que a su muerte la firma pasara a enteramente los Caballeros del Fuego.
Antes de formar parte de Cafh, las personas interesadas se reúnen con un miembro para conocer más acerca de Cafh, para conversar sobre lo que esperan del trabajo espiritual, y para determinar qué grupo en su área de residencia sería el más adecuado para sus reuniones semanales.

REUNIONES
Se reúnen generalmente una vez por semana en casas particulares o en los centros públicos de Cafh.
Las reuniones duran una hora e incluyen un tiempo para la práctica de meditación, seguido por una presentación de ideas basadas en un curso de estudio. Con frecuencia usan diferentes técnicas de exposición, como el diálogo y el taller.
Así como las reuniones semanales, también realizan retiros, en lugares tranquilos para reflexionar, orar y pensar acerca de la vida,  esperanzas y  aspiraciones, como así también acerca de la marcha de la humanidad, y la manera que tienen de aportar a su desenvolvimiento.
El coordinador es un miembro de Cafh con experiencia en ejercicios de meditación y en el material del curso y que enseña ejercicios que  ayudan a usar los pensamientos y energías de manera productiva.



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