Jim
Jones Fundador de la secta Templo del Pueblo
La
tragedia de Jonestown, ciudad de la
Guyana , comenzó con el asesinato de un congresista
estadounidense y otras cuatro personas en una pista de aterrizaje en la selva.
Tras este suceso, se produjeron, el 18 de noviembre de 1978, los asesinatos y
suicidios de más de 900 miembros del llamado Templo del Pueblo (People's
Temple).
La creación del pueblo
El
Templo del Pueblo fue creado en Indianápolis, en el estado de Indiana (Estados
Unidos) durante los años 1950. El reverendo Jim Jones y sus 140 seguidores se
mudaron a Redwood Valley en el Condado de Mendocino, California, creyendo que
así estarían a salvo de ataques nucleares de los que Estados Unidos podía ser
blanco. A final de los 60, los miembros de la congregación de Jones habían
disminuido a menos de cien y esta estaba a punto de desaparecer, pero Jones
logró asegurar una afiliación con los "Discípulos de Cristo" y eso
logró que el Templo sobreviviera. La afiliación de Jones con la iglesia elevo
la reputación del Templo y extendió su influencia en el área de la Costa Oeste de los
Estados Unidos.
La
congregación volvió a su iglesia principal en San Francisco en 1971 y abrió
otra en Los Ángeles. Después de múltiples escándalos e investigaciones en San
Francisco, Jones decidió crear una comunidad utópica en la Guyana donde estaría a
salvo de la intervención de las autoridades estadounidenses, o de los miembros
que tenían parientes preocupados.
En
1974, Jones arrendó más de 12 km² de tierra del gobierno de Guyana, y los
miembros del Templo del Pueblo comenzaron la construcción de Jonestown bajo la
supervisión de los jefes de la comunidad. Jones volvió a California a animar a
todos sus seguidores a mudarse a Jonestown. La popularidad de Jones creció
enormemente en ese periodo, y pasó de tener 50 miembros en 1977 a tener más de
900 miembros en su momento de apogeo en 1978.
La vida en Jonestown
Muchos
de los miembros del Templo del Pueblo creían que Guyana sería, como Jones
prometió, un paraíso. En cambio, todos los miembros (incluyendo a los niños) terminaron
criando animales y comida para el "Proyecto Agricultural del Templo del
Pueblo" seis días a la semana, desde las siete de la mañana hasta las seis
de la tarde, cuando era común que la temperatura estuviese a 38 °C.
Según
algunos testimonios, las comidas consistían en nada más que arroz y legumbres
mientras que Jones comía carne y otros alimentos refrigerados separados de los
otros. Problemas médicos tales como diarrea severa y fiebres altas fueron
padecidos por la mitad de la comunidad en febrero de 1978. Otros ex integrantes
de la organización declararon que los miembros recibían comida distinta o de
inferior calidad a la que recibía Jones.
Los
miembros a los que se consideraba tenían graves problemas disciplinarios se los
encerraba en una caja de madera de medidas 2.5 x 1 m. Los que intentaban
escapar eran drogados al punto de la incapacitación. Guardias armados
patrullaban el pueblo día y noche para asegurarse de que las órdenes de Jones
fuesen seguidas.
Los
niños, entregados al cuidado comunal, se referían a Jones como "Papá"
y solo se les permitía ver a sus padres brevemente durante la noche. Jones
también era llamado "Papá" o "Padre" por los adultos.
La
gente de los alrededores, incluyendo un oficial de policía, relataron historias
de horror sobre duras palizas y un "hoyo de tortura", un pozo en
donde Jones hacía que tiraran a los niños que no se comportaban, en la mitad de
la noche. Jones asustaba a los niños haciéndoles creer que había un monstruo
habitando el fondo del pozo, cuando lo que había en el fondo era un hombre
contratado por Jones quien tiraba y doblaba las piernas de los niños mientras
ellos descendían al pozo.
Se
dice que los niños mayores eran amarrados desnudos, y que eran electrocutados
en sus genitales. Los oficiales de Guyana habían intentado investigar estas
declaraciones pero se les prohibió entrar en la comunidad.
Vista
del poblado en 1979.Los asesinatos en masa que hicieron a Jonestown popular
fueron ensayados durante las llamadas "Noches Blancas". En una
declaración jurada, Deborah Layton escribió que durante una de estas noches
blancas, se le dijo a la gente que morirían, y fueron forzados a tomar jarabe
sin endulzar, que ellos pensaron tenía veneno. Los pocos que vacilaron en
tomarse el líquido fueron obligados a tomárselo. Eran 900 y murieron todos.
Después el FBI halló a Jim Jones muerto de un tiro de escopeta en la cabeza.
Noches
blancas
Con
sus facultades mentales deterioradas, Jones empezó entonces a arengar sobre
"traidores", enemigos lejanos que querían destruir su sueño y
amenazas de invasión desde "el exterior". Al borde de la paranoia,
una o dos veces por mes impulsaba a sus adeptos a realizar, como "pruebas
de lealtad", simulacros de suicidios masivos, que incluían la ingesta de
falsas pociones de veneno. El reverendo llamaba esos ensayos "noches
blancas".
El
simulacro dejó de ser tal cuando Leo Ryan, un respetado congresista demócrata
de California, viajó a Guyana, encabezando una delegación de periodistas y un
grupo de allegados llamado Familiares Preocupados de Jonestown. El político
quería investigar in situ las acusaciones de fraude, lavado de cerebro,
encarcelación y tráfico de drogas y armas que pesaban sobre el Templo del
Pueblo.
La
visita se desarrolló en un clima cordial hasta que algunos residentes le pidieron
a Ryan irse con él. Esto desencadenó la furia de algunos de los miembros más
fanáticos e incondicionales del reverendo, que asesinaron a tiros al
congresista y a otros cuatro acompañantes, mientras intentaban huir en su
avión.
El
acto siguiente fue la increíble escena del suicidio masivo, con los fieles
haciendo fila para tomar el cóctel de cianuro y jugo de fruta que "El
Padre" iba entregando desde su altar en medio de la selva. Según los
testimonios de los sobrevivientes, las últimas palabras de Jones que se
escucharon desde los altavoces de su comuna paradisíaca, un lugar donde los
cadáveres de niños, mujeres y ancianos se iban apilando como en un infierno,
fueron "Madre, madre, madre". Era el sábado 18 de noviembre de 1978.
Un sábado espeluznante.
El suicidio
Los
miembros del grupo siguieron a Jim Jones desde Estados Unidos hasta la selva
del país sudamericano, donde, según la incoherente doctrina de salvación de su
líder, se convertiría en realidad el paraíso en la Tierra.
Jones,
quien hacía tiempo que había creado una atmósfera de miedo y permanente amenaza
externa, empezó a fomentar entre sus adeptos una sensación de fin de mundo.
Fue
uno de los peores casos de suicidio colectivo y masacre en la historia de la
humanidad. El 17 de noviembre de 1978 viajó a Jonestown el congresista
estadounidense Leo J. Ryan, acompañado de periodistas y algunos disidentes de
la secta. Ryan quería investigar si eran ciertas las noticias sobre abusos
sexuales de miembros de la secta por parte de Jones, violaciones a los derechos
a la vida, laborales, libertad y torturas a niños. Jones (que ocultaba su cara
tras unas gafas oscuras ante sus seguidores) intentó impedir la visita, pero al
fracaso se vio en la obligacion de organizar una gran fiesta en donde
inicialmente el ambiente parecía de armonía. "Aquí hay gente que cree que
en esto [en la colonia], es lo mejor que jamás le haya pasado en la vida",
afirmó Ryan. Los miembros de la secta lo recibieron con aplausos frenéticos.
Sin embargo, a la mañana siguiente, antes de que Ryan regresara, el ambiente
cambió. Algunos pocos y después en aumento pidieron abandonar la colonia junto
con el político. Jones, que desde la década de los 70 estaba bajo los efectos
de drogas, lo considero una traición imperdonable. "No pueden irse,
ustedes son mi pueblo", les gritó con desesperación a los que querían
irse. Los hombres de confianza abrieron fuego contra Ryan y sus acompañantes
cuando se disponían a abordar un avión. El político había sido atacado por un
miembro de la secta con un cuchillo, y otras cinco personas fueron asesinadas a
balazos, algunos de ellos a quemarropa.
Jim
Jones fue encontrado muerto de una herida de escopeta en la cabeza entre los
913 cadáveres que había ahí.
Tim
Carter, un ex miembro de la secta, en la película "Jonestown", de
Stanley Nelson, decía que por lo menos no hay duda de que los aproximadamente
250 bebés niños y jóvenes muertos fueron asesinados. James decia que "la
muerte sólo era el tránsito a otro nivel" y "esto no es un suicidio,
sino un acto revolucionario".
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