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La Wicca: una crítica bíblica

Según algunos cálculos, la Wicca “parece ser la religión de crecimiento más rápido de Estados Unidos”.Pero, ¿qué es exactamente la “Wicca”, en todo caso? Un estudioso escribe: “La moderna religión de la Wicca, conocida también como la Antigua Religión, la Brujería, la Artesanía y los Misterios, forma parte del movimiento neopagano”. En este artículo espero lograr dos cosas. Primero, quiero bosquejar algunas de las doctrinas fundamentales de la Wicca; en segundo lugar, quiero ofrecer una crítica bíblica de esas doctrinas.
Comencemos por la teología de la Wicca. Si bien algunos wiccanos son devotos exclusivos de la Diosa, la mayoría adora tanto a la Diosa como al Dios. Raven Grimassi, un erudito wiccano, ha escrito: “La Fuente de Todas las Cosas, también conocido como el Gran Espíritu, suele ser personificado en la creencia wiccana como una Diosa y un Dios”.
Es importante señalar que la Diosa y el Dios son meramente personificaciones de esta fuente última de todas las cosas. La Fuente misma es a la vez “incognoscible” e “incomprensible”.{4} Tal vez por este motivo algunos “neowiccanos” has abandonado simplemente este tipo de personificaciones por completo, escogiendo más bien ver a sus dioses como simples “conceptos metafísicos disociados”.Pero, para quienes adoptan este tipo de personificaciones, la Diosa ha sido asociada frecuentemente con la luna (y, por lo tanto, ha sido llamada a veces Reina del Cielo).{6} También es conocida en tres aspectos, que corresponden a las tres etapas de la vida de una mujer: Doncella, Madre y Arpía. Ella habría reinado supuestamente “con un consorte masculino llamado El del Cuerno, que fue un dios de la naturaleza y que estaba asociado también con el sol”. Lo interesante es que este dios era considerado no sólo como el consorte de la Diosa sino que era también su hijo. Cada año, nacía de la Diosa, se convertía en su amante, y moría… ¡para volver a nacer nuevamente al año siguiente de su propia simiente! Esto era conocido como el ciclo del Dios del Año, y estaba asociado con la fertilidad de la tierra y los ciclos anuales de la época de la siembra y de la cosecha.
Es interesante que la Wicca moderna comparte muchas similitudes con las antiguas religiones de fertilidad de Canaán, religiones condenadas específicamente por Dios en la Biblia.Por ejemplo, la Diosa de la Wicca es venerada por algunos como la Reina del Cielo, y por otros como Astarté. Pero, en la Biblia, el culto a Ishtar, la reina del cielo, y Astarté, o Ashtoreth, es condenado repetidamente, como también el culto a su consorte, conocido a veces como Baal, y a veces como Tammuz. Así, leemos en Jueces 2:11-13: “Esos israelitas hicieron lo que ofende al Señor y adoraron a los ídolos de Baal. Abandonaron al Señor, Dios de sus padres, que los había sacado de Egipto, y siguieron a otros dioses de los pueblos que los rodeaban, y los adoraron, provocando así la ira del Señor. Abandonaron al Señor, y adoraron a Baal y a las imágenes de Astarté”. Pero si el único Dios verdadero rechazó las antiguas religiones cananeas y sus prácticas, ¿podría ser en algo diferente su reacción a la Wicca moderna?


Los Guardianes
“El concepto de los Guardianes es común en la mayoría de las tradiciones wiccanas, si bien son considerados de forma diferente en los distintos sistemas dentro de la Wicca”. Raven Grimassi describe a estos “Guardianes” como una antigua raza que ha evolucionado más allá de la necesidad de una forma física”. Sin embargo, agrega rápidamente que, históricamente, los “Guardianes” han sido concebidos de una gran variedad de formas. Por ejemplo, en los primitivos mitos estelares, los Guardianes eran “dioses que guardaban los Cielos y la Tierra”. Más adelante, dice: “los griegos los redujeron a los dioses de los cuatro vientos, y los cristianos a los principados del aire”.

La conexión, observada por Grimassi, entre el concepto wiccano de los Guardianes (o Vigilantes) y el concepto cristiano de los ángeles podría encontrar alguna validación en la Biblia. En Daniel 4:13-17, el rey pagano Nabucodonosor describe un sueño a Daniel. Le dice que, durante el sueño, vio que “un vigilante y santo descendía del cielo”, y pronunció una sentencia que se dice que es “por decreto de los vigilantes, y por dicho de los santos la resolución, para que conozcan los vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los hombres”. La mayoría de los comentaristas más conservadores entienden que los “vigilantes” de este pasaje son ángeles. Un comentarista escribe: “El rey probablemente se esté refiriendo a ángeles que le eran conocidos a través de la religión babilónica”. Pero que estos seres son ciertamente ángeles bíblicos parece evidente a partir del hecho de que están actuando como mensajeros del Dios Altísimo.{18}

A la luz es esta conexión entre los “vigilantes” o “guardianes” y los ángeles, es interesante señalar que “la tradición rabínica y cabalista” hacía una distinción entre los Guardianes buenos y malos.{19} Esta distinción es similar a la distinción bíblica entre ángeles buenos y malos, o ángeles y demonios. Por cierto, Grimassi señala: “En Secret Book of Enoch, los Guardianes… aparecen como ángeles rebeldes que siguieron a Sataniel en una guerra celestial” Encontramos el relato de un incidente similar en Apocalipsis 12:7-9, donde leemos acerca de una guerra celestial en la que Miguel y sus ángeles echan a Satanás y sus ángeles del cielo a la tierra.
Con esto en mente, es interesante nota que Richard Cavendish, en su libro The Powers of Evil”, hace aparecer a los Guardianes como los Ángeles Caídos que los magos invocan en la magia ceremonial”. Este comentario es especialmente significativo cuando uno considera los comentarios de Grimassi respecto de “la relación que existe entre un wiccano y los Guardianes” Grimassi señala que “cada acto de magia que realiza un wiccano es observado y notado por los Guardianes”. Además, dice: “Hay un claro vínculo entre los ‘poderes’ de un wiccano y su entendimiento o rapport con los Guardianes”. Pero, dado que el Dios de la Biblia claramente prohíbe la magia, ¿es probable que estos “Guardianes” deban ser considerados como buenos espíritus (visto que se oponen al mandamiento de Dios)?
El arte de la magia

Los wiccanos consideran a la magia como una auténtica posibilidad debido a la conexión intrínseca de la humanidad tanto con la Deidad como con un orden sobrenatural. Raven Grimassi dice: “El arte de la magia es un arte de creación . . . El poder de crear a partir de pensamientos está vinculado con la chispa divina que está dentro de nosotros. Creamos de acuerdo con la fórmula divina que creó todas las cosas”.
Pero, ¿cómo es posible esto? Grimassi explica: “El plano astral es el vínculo entre el mundo divino y el mundo físico . . . Todo lo que se manifiesta en el plano astral terminará manifestándose en el plano físico”. Y el pensamiento humano puede manifestarse en el plano astral. Por lo tanto, para una persona experta en el arte de la magia wiccana, se aduce que el poder de obtener un efecto deseado en el mundo físico comienza por la cuidadosa creación de una forma de pensamiento en el plano astral. Grimassi sigue diciendo: “Las formas de pensamiento comienzan a aparecer en el material astral, que luego se convierten en vehículos para los espíritus o deidades que se han invocado (a través de los cuales responderán al deseo de la intención mágica)”. Si se hace correctamente, “las semillas mágicas plantadas en el plano astral” terminarán dando fruto en el plano físico. Esta es la teoría básica detrás de la magia wiccana. Y un practicante se ha ufanado diciendo: “No importa qué tipo de magia de brujería se usa, suele ser efectiva”.
¿Podría haber algo de cierto en esto? Por cierto que sí. ¡El libro de Éxodo nos dice que los magos egipcios pudieron duplicar, mediante “sus encantamientos”, las primeras plagas que Dios trajo sobre Egipto!  Además, el texto nunca sugiere que esto fue hecho por ningún otro medio que no fuera algún auténtico poder secreto. A la luz de esto, podríamos preguntarnos por qué Dios se opone tanto a la práctica de la magia. Después de todo, ¿no podría usarse este tipo de poder para el bien, además del mal? Pero Dios advirtió específicamente a los israelitas: “Nadie entre los tuyos deberá…practicar adivinación, brujería o hechicería; ni hacer conjuros, servir de médium espiritista o consultar a los muertos”. ¿Por qué?
¿Podría ser que el “poder secreto” de la magia se debe, no a sus diversos ritos, símbolos y gestos, sino más bien a la intervención sobrenatural de seres espirituales? En Hechos 16 leemos acerca de una joven esclava de quien se dice que “tenía un espíritu de adivinación. Con sus poderes ganaba mucho dinero para sus amos”. Este pasaje vincula claramente el poder de la adivinación a los demonios. Con esto en mente, es interesante recordar la admisión de Grimassi: “Hay un claro vínculo entre los ‘poderes’ de un wiccano y su entendimiento o rapport con los Guardianes”. Los wiccanos consideran que los Guardianes son una raza de seres espirituales altamente evolucionados.  Pero estos seres están vinculados con ángeles y demonios en otra literatura religiosa (incluyendo la Biblia).  ¿Es posible que Dios prohíba la magia porque quiere proteger a la gente de involucrarse con demonios?


El País del Verano y la reencarnación
Como los cristianos, los wiccanos no creen que la muerte física sea el fin de la existencia personal. No obstante, en sus detalles la doctrina wiccana del “más allá” difiere sustancialmente de la perspectiva bíblica. ¿En qué cosas?

Para comenzar, los wiccanos no aceptan las doctrinas bíblicas del cielo y el infierno. Más bien, creen que, luego de la muerte física, “los wiccanos pasan a un mundo espiritual conocido como el País del Verano . . . un mundo astral metafísico de prados, lagos y bosques donde siempre es verano. Es un paraíso pagano lleno de todas las criaturas hermosas de la tradición antigua, y los dioses mismos viven allí”. El País del Verano es considerado como un lugar de descanso y renovación para el alma antes de su renacimiento en el mundo físico.
La creencia en el renacimiento del alma en el mundo físico, conocida también como reencarnación, es otro aspecto en que las doctrinas wiccanas difieren de las del cristianismo bíblico. Si bien la doctrina de la reencarnación es completamente contraria a la Biblia, muchos wiccanos llegan a creer que es enseñada en la Biblia. ¡Raven Grimassi cita a Juan 9:1-3 como evidencia de que aun Jesús y sus discípulos creían en la reencarnación!  En este pasaje, los discípulos de Jesús le preguntan acerca de un hombre que nació ciego: “Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él”. Grimassi comenta: “Jesús no trata la cuestión de la existencia de este hombre antes de su nacimiento, pero explica que [su ceguera] no tenía nada que ver con sus pecados antes de su vida presente”. Pero, ¿es correcta esta interpretación? ¿Está afirmando Jesús realmente que este hombre existió antes de su vida presente?
Es importante entender tanto la pregunta de los discípulos como la respuesta de Jesús dentro del contexto histórico del judaísmo del primer siglo. “Los teólogos judíos de ese tiempo daban dos razones para los defectos de nacimiento: el pecado prenatal (antes del nacimiento, pero no antes de la concepción) y el pecado de los padres”. En otras palabras, ¡los rabinos judíos del primer siglo no creían que los defectos de nacimiento eran el resultado de un karma malo en una reencarnación anterior! Más bien, pensaban que esos defectos surgían o de los pecados de los padres que recaían sobre sus hijos, o del pecado del niño mientras aún estaba en el vientre de su madre.  Si bien Jesús niega que ninguna de estas causas fuera responsable de la ceguera de este hombre, no debemos dejar de tener en cuenta que sus discípulos estaban haciendo esta pregunta dentro del contexto judío del primer siglo. También debemos recordar que, en otras partes, el Nuevo Testamento afirma explícitamente: “está establecido que los seres humanos mueran una sola vez, y después venga el juicio”. Por lo tanto, lejos de afirmar la doctrina wiccana de la reencarnación, el Nuevo Testamento la niega claramente.


¿Es la Wicca otro camino hacia Dios?
Scott Cunningham afirmó: “Todas las religiones tiene un ideal en su núcleo: unir a sus seguidores con la Deidad. La Wicca no es diferente”. También escribió: “Tal vez no sea demasiado fuerte decir que la forma más elevada de vanidad humana es suponer que la religión propia es el único camino hacia la Deidad”. ¿Pero es realmente cierto que hay muchos caminos hacia Dios, o hay uno solo? Si bien es bastante frecuente en la sociedad pluralista de hoy suponer que todas las tradiciones religiones de la humanidad que perduran son formas igualmente válidas hacia Dios o la Realidad Última, hay tremendas dificultades filosóficas con esta creencia. Dado que aquí nos preocupa tanto la Wicca como el cristianismo, comparemos brevemente las doctrinas fundamentales de estas dos religiones y veamos con qué nos encontramos.

Los wiccanos parecen creer en la divinidad esencial de la naturaleza humana. Raven Grimassi escribe: “Todo lleva la ‘chispa divina’ de su creador”. También dice: “Las almas son como células cerebrales en la mente del Creador Divino, entidades individuales y, a la vez, partes del todo”. Por lo tanto, no parece haber ninguna distinción clara en la Wicca entre la humanidad y la Deidad. Esto explica por qué la bruja Starhawk podía decir confiadamente: “no hay nada de lo cual ser salvados . . . ningún Dios fuera el mundo para ser temido y obedecido”.
El cristianismo, sin embargo, mantiene una firme distinción entre Dios y el hombre. El hombre es creado a la imagen de Dios, pero ni es Dios ni es parte de Dios. Además, si bien el hombre lleva la imagen de Dios, su naturaleza ha sido corrompida por el pecado, lo cual lo separa de Dios. La necesidad del hombre, por lo tanto, es ser salvado de sus pecados y ser reconciliado con Dios. Esto explica la importancia de Cristo para el cristianismo. En palabras de Pedro: “Cristo murió por los pecados una vez por todas . . . a fin de llevarlos a ustedes a Dios”  Los cristianos creen que Dios trató plena y finalmente con el pecado del hombre a través de la muerte y resurrección de su Hijo. Por lo tanto, contrario a la Wicca, el cristianismo enseña que sí existe algo de lo cual ser salvos y que sí hay un Dios fuera del hombre al cual hay que temer y obedecer.
Debido a sus diferencias, la ley de la no contradicción impide que estas dos religiones sean verdaderas. Por lo tanto, es interesante tomar nota de la observación de Charlotte Allen: “Es muy probable que ni un solo elemento de la historia wiccana sea verdadera. La evidencia es abrumadora de que la Wicca es . . . un invento de la década de 1950 . . . de un empleado público y antropólogo aficionado inglés” denominado Gerald Gardner.  Pero sin duda estos orígenes históricos cuestionables arrojan dudas sobre la verdad de las creencias religiosas wiccanas también. El cristianismo, sin embargo, está firmemente arraigado en la realidad histórica de Jesús de Nazaret, cuya afirmación de que era el único camino hacia Dios fue reivindicada claramente cuando Dios “(dio) fe a todos con haberle levantado de los muertos”.

Michael Gleghorn
Fuente: conpoder.com



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