Secta
Aparicionista Apocalíptica
En Puerto Rico, en
noviembre del 1999, el Cardenal de la Iglesia Católica
de la Isla, Luis
Aponte Martínez, declara una batalla abierta contra un culto destructivo
fraguado en el seno mismo de su Iglesia. Es el culto a la Virgen del Pozo, fomentado
por la secta 'Misión' de la
Virgen del Pozo.
La secta 'Misión de la Virgen del Pozo' se
presentaba públicamente bajo el velo o disfraz de la legítima 'Asociación de
Devotos de Sabana Grande'; asociación legítimamente creada por los miembros de la Misión con el propósito de poder actuar
libremente, sin nunca ser incriminados por sus acciones. Por tal razón, todos
los medios de comunicación se referían al pueblo devoto y no a la 'Misión',
cuando esta secta amenazaba y se manifestaba en contra de los dirigentes de la Iglesia Católica,
cada vez que alguno de ellos emitía una voz de alerta a sus fieles, por causa
de las prácticas peligrosas de la 'Misión'.
Debido a que comienzan a aumentar los casos de nuevas víctimas que salen de la Misión Virgen del
Pozo, el Arzobispo de San Juan manda a investigar estos casos a través de
sacerdotes y profesionales de la salud mental, ofreciéndoles apoyo y guía
espiritual. Como resultado de sus estudios e investigaciones, éstos se percatan
de lo inminente que debería ser el tomar acción sobre el asunto.
A
raíz de las investigaciones realizadas por el equipo de profesionales y
sacerdotes, éstos se reunieron en audiencia oficial con el Arzobispo de San
Juan, el 5 de Mayo de 2000. Durante dicha audiencia en el Arzobispado de San
Juan, el grupo expuso su preocupación al respecto como un asunto de suma
gravedad.
Mision
de la Virgen
del Rosario del Pozo - Estudios Investigativos.
Enid
Miranda Matos.
En
un congreso realizado por investigadores clínicos en Wisconsin, Estados Unidos,
en l986, se definió a una secta peligrosa como un “movimiento totalitario
caracterizado por la adscripción de personas totalmente dependientes de las
ideas del líder y de las doctrinas del grupo dirigidas por el líder, que puede
presentarse bajo la forma de entidad religiosa, asociación cultural, centro
científico o grupo terapéutico; y que utiliza las técnicas de control mental y
de persuasión coercitiva para que todos los miembros dependan de la dinámica
del grupo, y pierdan su estructura y su idea de pensamiento individual en favor
de la idea colectiva y del grupo, creándose muchas veces un fenómeno de
epidemia psíquica y un fenómeno de pensamiento colectivo, sin que tenga que ver
la personalidad propia del individuo”.
A
la luz de esta definición afirmamos que la Misión de la Virgen del Rosario del Pozo es, sin lugar a
dudas, un culto peligroso. En este grupo, formado por un ramillete de
corporaciones privadas amparadas por las leyes estatales, hemos podido
identificar cada una de las características que definen un culto peligroso,
destructivo y coercitivo.
La Misión de la Virgen del Rosario del Pozo
es un culto cismático que busca el amparo de la Iglesia Católica,
pero no está dispuesta a someterse a ninguna autoridad eclesiástica. Se
destruye la personalidad de sus seguidores más convencidos. Se practican las
más diversas estrategias de coerción y manipulación. Se fomenta la mentira y el
engaño.
A
continuación presentamos las características definitorias de una secta
peligrosa, destructiva y coercitiva:
“Fomentar dependencia psicológica respecto
al líder”
Al
igual que todas las sectas peligrosas, en la Misión de la Virgen del Pozo la dependencia psicológica se
sostiene a base de dos elementos esenciales. El primer pilar es un suceso
extraordinario que, en el caso que nos ocupa, son las supuestas apariciones de la Virgen a tres videntes.
Este suceso es diferente y distorsiona la doctrina católica, aunque toma de
ella algunos elementos con el fin de provocar confusión y conseguir el amparo
de la Iglesia.

Dicha
doctrina está avalada por siete supuestos mensajes dados directamente por la Virgen al Sr. Collado
(líder carismático). Estos mensajes sirven al Vidente Collado para fortalecer
su autoridad y poder sobre sus seguidores, ya que él es el único que conoce su
contenido y el único que posee la capacidad de comunicarse con la Virgen. Al mismo
tiempo, son un instrumento de ataque a la Iglesia Católica,
como se ha demostrado en los contenidos publicados de cuatro de estos mensajes.
El líder maneja inteligentemente a su antojo estos mensajes para su propio
beneficio.
Como
vidente y receptor único de los mensajes, el Sr. Collado se presenta como un
ser especial y único. Es un ser angelical a quien la Virgen eligió para
confiarle secretos. En este sentido es un elegido, un mesías. Se atribuye dones
especiales como, por ejemplo, ser capaz de hablar con santos, darse paseos por
el cielo, leer la mente de sus seguidores, profetizar el día y hora del fin del
mundo, ser la reencarnación de Juan el Bautista o del Apóstol San Juan, ser
artífice de una sociedad renovada, remanente del holocausto final, etc. Su
imagen carismática de líder absoluto está fundamentada en estos mitos creados
especialmente para obtener el control de sus seguidores. El Sr. Collado ejerce
una autoridad absoluta que no tiene en cuenta su supuesta obediencia a la Iglesia, ya que piensa que
es poseedor de la
Verdad Absoluta.
El
segundo elemento que los cultos destructivos utilizan para lograr la
dependencia psicológica de sus adeptos es el recurso económico. Tras su
organización, al amparo de las leyes en Puerto Rico y Federales, la Misión de la Virgen del Pozo se diversificó en varios grupos y
asociaciones paralelas que le sirven de tapadera legal para desarrollar
actividades de tipo económico que dan un servicio soterrado o escondido al
“Grupo de la Virgen”,
como recolectar dinero para sus actividades. Cada uno de estos tentáculos tiene
una tarea que realizar al servicio del Grupo de la Virgen. Uno de estos,
que está igualmente incorporado con
todas las de la ley en Puerto Rico y en Estados Unidos, es conocido como
Ciudad Mística, Inc., “materialización de una visión profética”, imagino que
del Sr. Juan Angel Collado, autor intelectual de todo este descalabro
espiritual con visos de gran empresa económica.
Ciudad
Mística"ES-VE" es la corporación encargada de construir lo que los
devotos marianos de la Virgen
del Pozo anuncian como “la maravilla de Todos los Tiempos” (Suplemento, El
Nuevo Día, 1999) a un costo que, en su primera fase, ronda los $40 millones.
Ambos
elementos, recurso económico y suceso extraordinario, componen el escenario
apropiado para fomentar y fortalecer una dependencia psicológica, dañina y
destructiva, típica de los cultos peligrosos. Ambos elementos están presentes
en la Misión.
“Tener
un organigrama o estructura piramidal, vertical y totalitaria, donde la
voluntad de los dirigentes es absoluta, no admite crítica ni duda y está
presente en todos los detalles de la vida íntima de los adeptos.”
En
todas las sectas peligrosas el control absoluto sobre sus seguidores es
importante para asegurar el éxito. Se sabe, además, que este control se ejecuta
con mayor eficiencia si se tiene una estructura en la que la voluntad del jefe
es absoluta y no admite dudas. El organigrama de la Misión es uno piramidal en el que el número siete
marca el límite que divide los diferentes niveles de mando. Hay siete columnas,
cada una con un dirigente leal al Sr. Collado. A su vez, cada columna cuenta
con siete hijos espirituales promulgadores de la doctrina que defienden. Cada
nivel tiene así un dirigente o jefe, columna, padre o madre espiritual, o como
quiera llamársele, a quien se debe obedecer plenamente. Sin embargo, el Sr.
Collado es quien detenta la suprema e indiscutible autoridad en la Misión. Es por esto que, aún cuando en apariencia
este señor se someta a obediencia, en realidad no admite crítica ni duda
alguna.
La
estructura piramidal de la Misión
protege al líder haciéndolo inaccesible e impidiendo llegar a él con facilidad.
Esto aumenta su aureola carismática de ser especial y único.
Todas
las columnas y todos los promulgadores y promesados deben cumplir la plena
voluntad del Sr. Collado. Su voluntad no admite ni tan siquiera pensar lo
contrario. Cuando despierta alguna duda en sus seguidores, estos la deshechan
rápidamente, ya que creen ciegamente que el Sr. Collado puede leerles la mente.
Los devotos marianos de la
Virgen del Pozo viven siempre con temor a que se les impongan
castigos de obediencia, humillantes y destructivos a la autoestima. Por eso
permiten que la voluntad del Sr. Collado impere en todos los detalles de su
vida.
Al
mejor estilo de la secta El Templo del Pueblo, otra secta peligrosa cuyo
dirigente Jim Jones convocó a un suicidio masivo el 18 de noviembre de 1978, el
Sr. Collado determina quién se debe casar, con quién y cuándo. Se encarga
personalmente de organizar la ceremonia, ofrecer el brindis y hasta la música
está a cargo de su hija mayor, la cantante Leyinska.
En
una de las profecías anunciadas por el Sr. Collado se habla de una nueva
sociedad en la que una “nueva estirpe” florecerá con el remanente que
sobrevivirá tras el Juicio Final. En esta sociedad no existirá el matrimonio
tal y como lo enseña la
Iglesia, sólo habrá mujeres fértiles que serán utilizadas por
hombres previamente elegidos por el Sr. Collado.
Manipulación
Las
sectas peligrosas utilizan sofisticadas técnicas psicológicas y/o
neurofisiológicas, enmascaradas bajo la “meditación” o el “renacimiento
espiritual”, que sirven para anular la voluntad y la capacidad racional de los
sujetos. En la Misión, los ayunos, la manipulación del tiempo de
descanso, la casi omnipresencia del Sr. Collado a través de continuos mensajes
por beeper, teléfonos, etc. bombardean la mente de los devotos hasta el punto
de obnubilarles su capacidad racional.
A
base de persuasión y engaño, se le hace creer al devoto que, si se somete al
líder, se salvará y formará parte de la “nueva estirpe”. También se logra la
manipulación sustituyendo las horas de sueño y descanso natural con largas
horas de reuniones presididas por el Vidente. Esto provoca fatiga, cansancio y
descontrol mental. El sujeto hace lo que le mandan sin oponer resistencia
porque, previamente, se le ha reprimido su capacidad racional y analítica. Al
final de una intensa jornada de trabajo en el grupo, el devoto sólo quiere
descansar.
Otra
de las formas en que se consigue manipular a los devotos es exigiéndoles una
adhesión y lealtad total al grupo. El grupo es lo primero, incluso antes que la
familia, a quienes se les anima a abandonar en beneficio de la Misión.
Los devotos promesados y promulgadores tienen que
dejar solos a sus hijos para asistir puntualmente a reuniones. Lo hacen porque
el líder Collado les promete que sus hijos quedarán al cuidado de la Virgen y, también, porque
tienen terror a las humillaciones y castigos públicos. De esta forma, una
expromesada me informó que su madre
espiritual dejó sola a su recién nacida hija de tres meses para asistir al
llamado del líder.
A
través de la Promesa,
los devotos se adhieren al grupo y se comprometen a ser leales so pena de
condenación eterna. El compromiso al culto es total y no admite ni tan siquiera
que el promesado goce de más relaciones interpersonales con otros que no estén
dentro del culto. En el caso de que el sujeto que hace la promesa esté casado o
dependa de alguna persona ajena a la secta, se deberá obtener permiso por
escrito. De esta manera se aseguran ante las leyes del Estado, de las cuales
las columnas y promesados más leales se cuidan en extremo.
Todos
los promesados adquieren tal cantidad de compromisos que, lógicamente, se ven
afectados en su vida íntima y personal, familiar, del trabajo o profesión, en
sus estudios, etc. Acaban por romper cualquier relación interpersonal
(familiar, social, de trabajo, de educación, etc.) anterior al momento en que
hicieron la promesa.
La
total adhesión al grupo trae como consecuencia la soledad del adepto. Se
encuentra indefenso ante la dinámica del grupo que lo atrae y le exige cada vez
más. Sin un punto de apoyo externo se pierde igualmente la oportunidad de
analizar críticamente lo que está pasando dentro. El devoto se convierte así en
sujeto de fácil manipulación.
El
Sr. Collado ha alegado en diferentes ocasiones que la Promesa no es un acto
obligatorio sino que es totalmente opcional y voluntario, que debe ser deseado,
ganado y pedido por el adepto. Sin embargo, hay que reseñar que el engaño, la
coerción y la presión de grupo forman el escenario en el que la decisión de
hacer la Promesa
es la más correcta y humilde muestra de entrega a la santidad requerida.
El
control y tergiversación de la información que llega a los adeptos es otra
manera de ejercer la manipulación entre los devotos de la Virgen. El Sr. Collado
prohibe leer ciertos libros. La
Biblia sólo es leída bajo su dirección y sólo se admite su interpretación
como la única verdadera. Toda información fraguada fuera del culto es
interpretada por el Sr. Collado a la luz de su mente psicótica. Las críticas
que se hacen a la Misión se contestan y tergiversan para presentar
una imagen de maltrato y persecución hacia la persona de Collado.
Otra
manera de manipular, que es típica de los cultos destructivos y se encuentra
presente en la Misión, es la consecución de una total
dependencia del grupo. En muchos cultos coercitivos esto se logra viviendo en
comunidades apartadas y cerradas. Aún cuando en la actualidad los devotos de la Virgen del Pozo no viven en
una comunidad separada e independiente, el Sr. Collado repite frecuentemente su
profesía de que, tras el Holocausto Final, se formará una nueva estirpe con la
que se organizará una sociedad con nuevas reglas morales y legales que nada
tienen que ver con las actuales.
A
los promesados se les hace preparar un bulto en el que se llevan algunos
objetos de primera necesidad para sobrevivir algunos días. Se les instruye para
que entierren sus pertenencias en un lugar adecuado que, en un principio, fue
identificado por el Sr. Collado en el Yunque. Posteriormente, cuando la secta
compró el terreno aledaño al lugar donde se dieron las supuestas apariciones,
el lugar en el que deberían enterrar los bártulos de supervivencia se trasladó
allí.
La
supresión de las libertades individuales y el derecho a la intimidad es otra
estrategia utilizada por la
Misión. Los promesados y promulgadores, así como cualquier
devoto que haya alcanzado un nivel superior al llamado “devoto simple”, no
tienen libertad personal para elegir ni para realizar actividades que no sean
mandadas por el dirigente superior inmediato. “En la Misión hay que hacer lo que te manden. Y lo
tienes que hacer con buena disposición,
inmediatamente y sin errores, so pena de castigo y humillación”, me
afirmaba una expromesada informante.
Aunque
el devoto desee practicar su libertad
personal, literalmente no cuenta con el tiempo para realizar otra cosa que no
sea lo que se le manda: recolectar cierta cantidad de dinero en un tiempo fijo;
asistir a reuniones extremadamente largas y agotadoras, a veces a horas
intempestivas y en lugares remotos de sus hogares; deben cumplir con sus
respectivos trabajos y compromisos profesionales de tal manera que no
interfieran con la dinámica de la secta, pero que tampoco sea el culto el
responsable del incumplimiento en el trabajo; deben ayudar en la organización
de las múltiples y frecuentes actividades de la Misión, etc. De esta manera el tiempo personal se
limita hasta desaparecer.
Frecuentemente,
además, el devoto queda tan exhausto de cansancio con el ritmo del trabajo
impuesto y los ayunos frecuentes y extendidos que, cuando cuenta con algún
escaso tiempo libre, lo único que desea es dormir.
Los
ayunos frecuentes y extendidos, la mala
nutrición que traen como consecuencia, el escaso descanso, alterado por
llamadas imperativas del Sr. Collado exigiendo la presencia en algún lugar
remoto al lugar donde se vive, todo esto suprime la vida íntima y las
libertades personales. Los devotos pierden la perspectiva personal, se les
destruye su propia estructura de personalidad y adquieren la personalidad
idónea fomentada por la mente enferma del Sr. Collado.
Explotación
La
exigencia de practicar el proselitismo consiguiendo nuevos adeptos y recaudando
fondos es una de las maneras más frecuentes de explotación que presentan los
cultos coercitivos y está también presente en la Misión de la Virgen del Pozo.
Cada
promesado se compromete a traer al grupo un mínimo de 7 personas que, a su vez,
deben traer cada uno otras 7, y así sucesivamente. Cuando el devoto tarda algún
tiempo en traer nuevos adeptos, se les llama la atención y se les regaña
públicamente. Se les hace pensar que no consiguen nuevos adeptos porque no
tienen suficiente fe o no son suficientemente santos o buenos.
Con
la práctica de esta forma de proselitismo, el culto se asegura de tener un
crecimiento rápido.
Diezmos,
donativos, regalos, “trabajo voluntario” en el tiempo libre, el pago de
cursillos, seminarios, etc, son algunas de las modalidades utilizadas para
obtener dinero. Todo devoto está instruido para pedir dinero en los semáforos,
a los amigos, a los vecinos. En la Misión se acepta el dinero que traiga cada
persona si importar cómo lo consiguió, el esfuerzo que realizó o la necesidad
personal que no pudo satisfacer.
Engaño
Los
anteriores elementos sólo son posibles si se realizan en un esquema de engaño.
Es cierto que la manipulación aspira a la obtención de la dependencia
psicológica y a la explotación. Pero la misma manipulación sólo es posible a
través de la mentira, del engaño sistemático y de una metódica falta al respeto
a la dignidad humana, a su autonomía como
individuo y a su salud mental o psíquica.
Este
es también el escenario que la Misión presenta. Los engaños que en la secta aquí
analizada fundamenta todo el montaje anteriormente reseñado son: las
apariciones de la Virgen
al Sr. Juan Ángel Collado, los supuestos milagros de sanación física ocurridos
durante la celebración de la
Santa Misa y los siete supuestos mensajes.
CONSECUENCIAS
La
conjunción de estos factores (dependencia psicológica, organigrama piramidal,
manipulación, explotación y engaño) provoca en los devotos un empobrecimiento
creciente de su autoestima, al mismo tiempo que le va creando un estado de
indefensión tal que trae como consecuencia, el sometimiento absoluto al líder,
el Sr. Juan Ángel Collado.
Los
devotos expromesados y expromuladores con los que hemos tenido la oportunidad
de dialogar presentan este cuadro, aún cuando llevan varios años fuera del
poder persuasivo del Sr. Collado. Sabemos que la participación activa en los
cultos, sobre todo en los llamados cultos destructivos, trae consecuencias de todo tipo y grado, para los
adeptos y para su entorno familiar. Algunas de estas consecuencias son más
graves que otras, algunas se manifiestan en uno u otro grado. Pero, en
cualquier caso, los sujetos que han pasado por la experiencia de integrarse a
un grupo cúltico nunca llegan a ser los mismos. Esto es lo que ha sucedido con
los exadeptos de la Misión.
Sin
pretender ser exhaustivos, presentamos a continuación algunas de las
consecuencias psicológicas que hemos podido identificar en los expromesados que
conocemos.
Deterioro de las relaciones
familiares y amistosas. Incluso las relaciones interpersonales establecidas
antes de integrarse a la Misión
han quedado destruidas. Las relaciones familiares, paterno-filiales, de
matrimonio, etc. quedan sometidas a la voluntad del Sr. Collado. El adepto
tiene incluso un padre y madre espiritual asignado y son ellos los que
sustituyen a los verdaderos padres, quienes se convierten por designio del Sr.
Collado en “padres biológicos”
Deterioro del estado físico
en general; desnutrición, mala alimentación debido a los frecuentes y
prolongados ayunos, falta de sueño.
Inestabilidad emocional,
inseguridad, incapacidad de tomar decisiones simples y cotidianas.
Confusión mental. Algunos
confrontan problemas de credibilidad con lo que afirma la Autoridad Eclesiástica.
Despersonalización;
neurosis de despersonalización. Los sentimientos de irrealidad o extrañeza relacionadas
con el ambiente familiar que, de facto, se abandono. Manifiestan extrañeza y
enajenación respecto a su ambiente propio. Manifiestan ansiedad, temor y
tristeza.
Disminución de la capacidad
intelectual y racional. Con frecuencia utilizan argumentos pseudoracionales que
aprendieron en la Misión
para contestar argumentos que se les presentan.
Alucinaciones, pesadillas,
insomnio.
Delirio. El delirio
significa la persistencia en una actitud mental que se sale de lo convencional
y que es juzgada por el común de las personas como absurdo. Los ex-promesados
manifiestan esta actitud mental en relación con la veracidad de las
apariciones. Creen que la
Virgen realmente se le apareció a los tres niños videntes,
aunque admiten que el Sr. Collado tergiversó este suceso extraordinario.
Persisten en creer en la existencia de siete mensajes revelados por la Virgen.
Neurosis histérica.
Fragmenos
de la Audiencia
ante el arzobispo de San Juan, Puerto Rico
A
la luz de la definición que, desde el 1986, se le ha dado al fenómeno de los
cultos o sectas, puedo afirmar que la llamada Misión de la Virgen del Rosario del Pozo
de Sábana Grande es un culto que se ha desarrollado al amparo de la Iglesia Católica,
de su doctrina y de su tradición y, por eso insisten en mantenerse dentro de
ella, afirmando una “genuina catolicidad” que atenta contra la dignidad humana.
Éstas
no son todas las transgresiones que se cometen dentro de la Misión, pero son ejemplos fehacientes. Tampoco
éstas son las únicas víctimas que hay, pero son las que han sido lo
suficientemente valientes como para comenzar a destapar la olla en que se cuece
la explotación humana.
En la Misión de la Virgen del Rosario se pueden identificar las
cinco características que hacen de este culto uno destructivo, y por tanto
peligroso, para la persona humana. La característica más importante, por la
peligrosidad que representa, es la coerción que el líder, el Sr. Juan Ángel
Collado, ejerce sobre los llamados devotos que han alcanzado una alta posición
dentro de la jerarquía piramidal que sostiene el grupo (los llamados
‘Promesados’ y ‘Promulgadores’, entre otros).
A través de técnicas de manipulación,
sugestión, lavado de cerebro (también llamado “programación de conducta”) se
transmite la creencia de que el Sr. Collado es un ser superior y diferente a los demás mortales,
cercano a Juan, el Apóstol o Juan el Bautista, a quien la Virgen le ha asignado la
singular tarea de identificar un remanente de creyentes que formarán, tras el
Juicio Final, la “nueva estirpe de creyentes católicos”. Como cualquier otro
culto destructivo, la Misión
presenta como evidencias irrefutables de su verdad mesiánica las apariciones
celestiales, los múltiples milagros y, sobre todo, los siete mensajes, tres de
los cuales permanecen en secreto hasta que el vidente Collado disponga.
Todo
este escenario se adorna con poderes extrasensoriales del líder, quien es capaz
de leer la mente de sus adeptos, saber lo que piensan y lo que necesitan, darse
paseos por el cielo, con pasajes de ida y vuelta, hablar con los ángeles, con
los muertos, y hasta con el mismo Padre Celestial.
Estos
acontecimientos, que podríamos tachar de extraordinarios, en realidad son el
pan nuestro de cada día entre los llamados cultos destructivos. Forman parte
del engaño que sostiene toda la infraestructura de poder (social y económico)
que los cultos necesitan para dominar e imponer sus ideologías. En la misma
medida en que estos hechos extraordinarios son creídos, las personas engañadas
van sometiendo su voluntad a los líderes hasta convertirse en adeptos
totalmente dependientes, tanto física como psicológica. En este momento,
comienza a actuar la manipulación de los creyentes con el fin de explotarlos
profesionalmente, económicamente, socialmente, y hasta sexualmente.
Las
técnicas específicas de manipulación y coerción utilizadas por los cultos
destructivos, así como las nefastas consecuencias personales que traen consigo,
son numerosas.
Fuente:
victimasecta.com
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