Buenas Ondas y Energía Positiva
por Myriam Hansen
de Martínez
El Cosmos, el Universo y Dios mismo, son sólo un
"pensamiento colectivo gigantesco". Todos somos parte de un ser
superior. Todos somos uno. La
Nueva Era tiene un fundamento monista: piensa que Dios es
todo lo que hay, incluyendo nosotros mismos y el mundo que nos rodea. Todos
somos dioses en formación. Somos dominados por el karma (ley de la causa y el
efecto): cada alma se está abriendo paso en el camino hacia la perfección a
base de superar las imperfecciones de las vidas pasadas.
Estas singulares afirmaciones contiene la base sobre la
cual se edifica un movimiento que proclama unificador de todas las religiones,
y que constituye hoy por hoy uno de los peligros más grandes que enfrenta la
humanidad hambrienta de Dios.
El VEDA es el tronco común de que descienden la
meditación trascendental, la misión de la Luz Divina, el Hare Krishna, la Cientología y la Nueva Era. No tiene
cultos, no organización, ni sacerdocio, ni bien, ni mal, ni Dios, ni juicio, ni
cielo, ni infierno, no realidad.
Superstición, creencias y prácticas primitivas o paganas,
supermisticismo, ocultismo, brujería, con un fuerte y enfático rechazo del
cristianismo, son características sobresalientes de la Nueva Era. No distingue
entre criaturas y creador. Ni siquiera asiente que el mundo material exista.
Niega la existencia de Dios como nuestro creador y sustentador, como ser
perfecto, eterno, todopoderoso y único en esencia. Nosotros somos dioses es
potencia; cada individuo tiene un ser superior que le ayuda un su peregrinar:
es su alma ilimitada que le guía y le enseña a través de cada encarnación. El
mal no existe y entonces algún día, pagando las deudas en cada nueva vida,
hasta Hitler sería dios
Tenemos una especie de cuenta corriente abierta:
depositamos buenas obras y a la hora de la muerte, según nuestro saldo, nos
reencarnamos en un ser mejor o peor.
No es extraño que la idea de la reencarnación parezca tan
atractiva: es mejor tener esta creencia que nos hace dar vueltas antes de
enfrentarnos con nuestro creador (según la Biblia, con el juicio); no somos del todo
culpables de lo que nos acontezca hoy: nuestras vidas pasadas nos determinan.
El sincretismo que caracteriza a la Nueva Era hace que cada
uno de nosotros pueda agregarle cuantas ideas tenga acerca de las cosas. Un
nuevo erista siempre va a tratar de convencernos de que podemos ser cristianos
y también de la Nueva Era,
porque "todos somos hermanos y nuestro fin es el mismo".
¡Cuidado!, Las buenas ondas, la energía positiva, la
ayuda de seres extraterrestres, la consulta de horóscopos, adivinos y médiums,
y la ayuda de objetos o pensamientos que nos permiten obtener "el
equilibrio", nos invaden aún en nuestras iglesia evangélicas.. Nos rodean
los programas televisivos, la música y las compañas ecologistas.
No nos es posible aceptar sus ideas. NIEGAN A DIOS como
persona diferente de nosotros, y eso es lo primero que debemos considerar. No
importa que ellos digan que creen en el mismo Dios que nosotros: ellos creen en
dios como un ser como nosotros pero muy evolucionado. Annie Besant (corriente
teosófica) dice "no hay otra veda que la suya, ninguna conciencia, ninguna
otra voluntad... que la de ISHWARA (Dios), y todo lo que de él ha emanado.
Encuéntrelo primero en su propio yo y entonces lo verá en todas partes".
Dice la Palabra
de Dios: "¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el
cual creó los confines de la tierra?... ¿A qué pues me haréis semejante o me
compararéis?, dice el Santo" Is. 40:28a,25.
La trampa del karma es hacernos irresponsables por
nuestras obras: si dependemos de nuestra vida pasada estamos atrapados, somos
culpables aunque no tenemos que sentirnos culpables. Nuestra fe es otra: somos
culpables, pero cuando aceptamos a Jesús, en Cristo somos libres de cualquier
supuesta ley del karma. Ya no estoy condenado; mi Dios es un Dios de amor y no
me condena a buscar a tientas la luz.
¿QUÉ ES EL MOVIMIENTO
DE LA NUEVA ERA?
El término
"Nueva Era" evoca imágenes de cristales de cuarzo, alimentos naturistas,
meditación y aun de la famosa actriz Shirley MacLaine y Walter Mercado. ¿Pero
exactamente de qué se trata este movimiento y cómo afecta a los cristianos?
El querer
explicar el Movimiento de la
Nueva Era no es una tarea fácil, simplemente porque se
compone de personas que provienen de una extensa variedad de creencias y
tradiciones religiosas independientes. Sin embargo, estos individuos comparten
visiones y valores comunes que les permite colaborar entre ellos a fin de
moldear a la sociedad de acuerdo a sus expectativas, de como debería ser el
mundo. Ellos han hecho algunas incursiones importantes en los campos de la
educación, los negocios, la salud pública y en menor grado dentro de la
política y la ciencia. Los valores de la Nueva Era provienen básicamente del misticismo
oriental, especialmente la creencia que todos ser es parte de un todo y que
este todo es Dios. Esto es conocido teológicamente como monismo panteístico.
Los miembros de la Nueva Era
están comprometidos con la visión de un período venidero de paz universal y
revelación que ellos llaman "la
Era de Acuario," donde la población mundial estará
compuesta esencialmente de los creyentes de la Nueva Era.
Como una fuerza
social creciente y una tendencia cultural, el movimiento de la Nueva Era presenta un
desafío no solamente al humanismo secular, pero en mayor grado a la fe
Cristiana. En efecto el movimiento de la Nueva Era puede ser considerado un resurgimiento
del paganismo que promueve una gran variedad de creencias y prácticas ocultistas
incluyendo la reencarnación, los trances espiritistas y todas las formas de
adivinación.
Sin embargo, la Biblia en Deuteronomio
18:9-12 nos explica claramente que Dios detesta y condena tales prácticas. A
pesar de estas advertencias muchos seguidores de la Nueva Era continúan
combinando el mensaje de las Escrituras con la filosofía de la Nueva Era. Como
miembros del cuerpo de Cristo, debemos estar concientes del peligro que
representa este movimiento. También debemos de estar listos para responder a
las mentiras de la Nueva Era
con la verdad de la Palabra
de Dios.
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