Ríos de tinta han corrido ya, y correrán
mares todavía, acerca de esta organización secreta. Antigua, atractiva por sus
ritos, por sus tradiciones y por su carácter aparentemente filantrópico, entre
otras muchas cosas. Los masones remontan sus orígenes a una leyenda que tiene
lugar en la construcción del Templo de Salomón por Hiram de Tiro, un sabio
arquitecto, que sería el primer masón de la Historia. Según
esta leyenda, el arquitecto habría establecido jerarquías entre las constructores
que tenía bajo sus órdenes, unos 153.000, a los que dividió en aprendices,
compañeros y maestros, que eran conocedores de un santo y seña, palabra que
mantenían en secreto. Hiram fue asesinado a manos de unos compañeros que
deseaban conocer la palabra secreta. Los instrumentos bajo los cuales Hiram
falleció eran la regla o compás, la escuadra y un mazo, que hoy en día son los
símbolos que presiden las Logias o Asambleas de los masones.
Existe, no obstante, unanimidad al
afirmar que el origen concreto de la masonería son las Hermandades
profesionales de Constructores de catedrales y de otros templos en la Edad Media , que poseían
secretos técnicos e iniciáticos.Estas Hermandades constituyen el período
antiguo u operativo de la masonería. Según don Ricardo de la Cierva , la masonería nació
cristiana en un principio. Era una asociación secreta de los gremios de
constructores de la alta Edad Media, los siglos XI, XII y XIII. Al principio
sólo se transmitían los secretos de su oficio. Lo que comenzó siendo
estrictamente profesional e independiente, pues no estaban sometidos a ninguna
autoridad, cambió al llegar la
Baja Edad Media y la Edad Moderna.En
las logias comenzaron a ser aceptados caballeros que no eran masones, y les
llamaban "aceptados".Eran abogados, médicos, etc. y los ritos
comenzaron a ser más simbólicos. A finales del siglo XVII en Inglaterra los
masones aceptados eran ya mayores en número a los operativos y originales.
Existen dos grandes tendencias en la
masonería: la regular, cercana a la Gran Logia Unida de Inglaterra, tradicional y
creyente en el Gran Arquitecto del Universo; y la irregular o liberal, próxima
al Gran Oriente de Francia y atea. Además, cuentan con una serie de ritos, de
los cuales el más común y practicado es el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, que
consta de 33 grados, como explica Fernando José Vaquero. La Gran Logia de Londres
tenía, en sus comienzos, 3 grados: aprendiz, compañero y maestro; y, según los
grados del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, la masonería se divide de esta
manera: de los grados uno al tercero se trata de masonería simbólica; de los
grados cuarto al número 30, masonería filosófica; y del 31 al 33 la masonería
es sublime. Sin embargo, tal y como explica Fernando José Vaquero,
tradicionalmente, el paso de un grado a otro se producía en una ceremonia de
iniciación. Las más importantes correspondían a unos determinados grados, pero
en la actualidad los masones consideran que se han desnaturalizado estas
ceremonias y que la mayoría de los grados se conceden por comunicación, casi
"por años de servicio".
¿Qué
es la Masonería ?
El profesor don Ricardo de la Cierva , historiador e
investigador, ha dedicado muchos años de su vida al estudio de la masonería.
Sus argumentos son tan sólidos como los documentos que presenta como pruebas
irrefutables. Viajes al extranjero, sobre todo a Francia e Inglaterra, los dos
países con mayor tradición masónica, y el rastreo por las bibliotecas han dado
lugar a libros como El triple secreto de la masonería; o Los signos del Anticristo,
entre muchos otros, donde las investigaciones y los documentos hallados,
algunos de ellos inéditos en España, han dejado casi sin respuesta a la propia
masonería, o a sus defensores.
Afirma que la masonería tiene una tesis
fundamental: su esencia sólo puede ser comprendida por un masón. Esta tesis
tiene un precedente en el siglo I después de Cristo, en los gnósticos, que
buscaban la gnosis, el conocimiento profundo, y que afirmaban poder alcanzarlo
sólo ellos. Ya el Papa León XIII, en su encíclica "In eminenti",
explicaba que "la masonería es la actualización del paganismo antiguo y el
gnosticismo". El gnosticismo nació como una reacción pagana contra el
cristianismo, y se ha venido reproduciendo a lo largo de la Historia hasta hoy. Se
puede afirmar que la masonería es una organización que tiene como fin
fundamental acabar con el cristianismo, implantar la secularización en la
sociedad, y esto se puede ver en la lectura de los rituales masónicos.
Para don César Vidal, historiador y
teólogo, autor de libros como El desafío de las sectas; El retorno del
ocultismo; o Nuevo diccionario de sectas y ocultismo, la masonería es un grupo
secreto cuyos miembros sólo se conocen entre sí, y de hecho, en teoría, buscan
fines que son atractivos, como la libertad, la ilustración o la sabiduría, pero
en la práctica están más cerca de otros fines ocultos. Dentro de ese grupo hay
gente que va recibiendo una iniciación progresiva o un conocimiento cada vez
mayor en ciencias ocultas, que en apariencia tienen una finalidad buena y, sin
embargo, en la práctica pueden tener una finalidad que dista mucho de ser tan
buena. En el caso de la masonería hay un elemento que me parece peculiar, y es
que en general, dentro de todas las sociedades secretas e iniciáticas, las personas
que están en los escalones inferiores desconocen el grado de iniciación de los
escalones superiores. Es decir, que la gente que está en un grado de iniciación
bajo no creería, seguramente, en muchas de las cosas que suceden en escalones
superiores, sencillamente porque las desconocen, y como no forman parte del
área de conocimiento en la que han sido iniciados, les parecen imposibles.
En este sentido, César Vidal afirma que,
si uno le dijera a una persona que pertenece a los grados inferiores de iniciación
de la masonería, que ésta, en sus grados superiores, es diabólica, le parecería
un disparate. Es posible, incluso, que esta persona identifique al Gran
Arquitecto del Universo con el Dios de la religión de la que procede, que puede
ser, por ejemplo, la católica, o la musulmana, etc. Sin embargo, para una
persona iniciada en grados superiores de la masonería, sí que está muy claro
que el Gran Arquitecto no es el Dios de otras religiones, sino que es Lucifer,
y eso está comprobado porque aparece en algunos de los textos clásicos masones.
En las obras de Pike, que fue patriarca de la masonería en Estados Unidos,
aparece muy claro que la cosmovisión que tiene la masonería, o al menos en las
obediencias masónicas en las que él estaba iniciado, era una cosmovisión
diabólica. Lucifer para ellos no era un personaje negativo, sino positivo y
caracterizado por transmitir la luz y el conocimiento último. Esa visión
diabólica, que para la gente que ha sido iniciada en escalones superiores es
muy clara, para la gente que está en escalones inferiores, si uno se lo
comentara, pensaría que es una calumnia y una injuria para la masonería, porque
diría que ésta sólo tiene valores que, en términos generales, son muy limpios.
El Código Moral Masónico, que la propia
Gran Logia de España hace público, recoge 23 mandamientos: Venera al Gran
Arquitecto del Universo. El verdadero culto que se da al Gran Arquitecto
consiste principalmente en las buenas obras. Ten siempre tu alma en estado
puro, para aparecer dignamente delante de tu conciencia. Ama a tu prójimo como
a ti mismo. Haz bien por amor al mismo bien... Son una muestra de este código
moral, que contiene máximas, algunas de las cuales el lector habrá leído más de
una vez...
A la pregunta: ¿Qué es la masonería?,
Fernando José Vaquero, estudioso de la masonería, en un artículo para la
revista electrónica Arbil, hace la siguiente reflexión: Es una difícil
pregunta, pues, ante todo, lo que la caracteriza es el secreto. Aunque para
algunos autores se trata de una sociedad cerrada, o simplemente discreta. Y es
lógico que, dados sus ignotos fines, otros consideren que sólo sale a la luz
pública aquello que interesa a los propios masones que así sea (...), pero en
un asunto en el que el secreto todo lo vela, ¿dónde termina lo real y empieza
la fantasía?
La
pertenencia a la masonería cuestiona los fundamentos cristianos
Sería una necia pretensión querer abarcar
en cinco páginas toda la intrincada problemática y todos los matices de una
reliada tan compleja como la masonería. Sí se puede, en cambio, intentar un
acercamiento periodístico, divulgativo al mismo tiempo que sereno y responsable
y tratar de responder a algunas cuestiones: ¿pero todavía hay masones?;
¿cuántos y quiénes son?; ¿qué hay de cierto en eso de que, instalados en los
centros de poder y de influencia, controlan grandes sectores sociales,
culturales, políticos, mediáticos, económicos?; ¿se puede ser cristiano y
masón?; ¿qué dice la Iglesia
de la masonería? Éstas y otras preguntas están en la calle constantemente, y dentro
de poco lo van a estar más todavía, cuando el próximo mes de mayo (NdE: mayo de
2001) tenga lugar en Madrid la
V Conferencia Mundial de Grandes Logias
Algunos medios de comunicación ya se han
hecho eco de la noticia, y han publicado reportajes y entrevistas con motivo de
dicho acontecimiento. La masonería, con sus leyendas, su historia, y el recelo
y, a la vez, la curiosidad que suscita, ha sido protagonista de estudios,
ensayos, libros, investigaciones y polémica desbordante. Enemigos y simpatizantes,
persecuciones y contradicciones, secretismo, conveniencia, poder, política...
Tantas palabras vienen a la mente cuando se nombra a la masonería.
Ésa es la definición que los masones
hacen de sí mismos. Algunos expertos sobre el tema han hablado para Alfa y
Omega, y las conclusiones son, por lo menos, sorprendentes.
«La
masonería tiene una tradición luciferina»
Gabriel López de Rojas, masón iniciado en
1992, que en la actualidad posee todos los grados del Rito Escocés Antiguo y
Aceptado, Gran Maestre y fundador de la organización paramasónica «Orden
Illuminati» y autor de varios libros de masonería y sociedades secretas como la
«Guía Internacional de las Sociedades Secretas» (Ediciones G,1998) o
«Masonería: historia, ritos y misterios» (Ediciones G, 2002) ha explicado a LA RAZÓN que «uno de los
misterios más profundos de los ritos masónicos, la leyenda de Hiram Abiff,
desvela la tradición luciferina de la masonería».
«La leyenda masónica de Hiram Abiff,
asociada al tercer grado masónico ¬Maestro¬, e incorporada a la masonería
especulativa entre 1720 y 1723, es claramente luciferina», explica Gabriel
López de Rojas.
La masonería asocia de forma mítica sus
orígenes a una leyenda situada durante la construcción del Templo de Salomón
por Hiram Abiff (también Abív o Abif), un fundidor de Tiro e hijo de una viuda
de la tribu de Neftalí, que dividió a sus obreros en aprendices, compañeros y
maestros. Cada grado poseyó un santo y seña que guardaban en secreto. Hiram fue
asesinado por unos compañeros que intentaban conocer la palabra secreta, y los
instrumentos que sirvieron para asesinarlo fueron el compás, la escuadra y un
mazo, símbolos que presiden las Logias en la actualidad. El espíritu de Hiram
se habría encarnado en el nuevo Maestro, del que recibirían su sabiduría todos
los maestros masones, conocidos como los «hijos de la viuda» en relación a
dicho fundidor de Tiro y cuya figura está muy presente en el ritual del grado
tercero de la masonería.
«Luciferismo masónico»
El fundador de la Orden Illuminati
comenta que la leyenda masónica «que aparece en la maestría masónica de Hiram
Abiff, un fundidor que envió el Rey de Tiro a Salomón, y en quién moraba el
espíritu de la sabiduría, el maestro masón por excelencia» explica «que a Hiram
se le presentó en sueños Tubal Caín (que es además palabra de paso del Compañero
en el rito Francés y del Maestro en el Escocés Antiguo y Aceptado), un
antepasado suyo, que le transmitió la tradición luciferina». «Tubal Caín reveló
a Hiram que éste era descendiente de Iblis o Samael, es decir, de Lucifer, que,
según la leyenda masónica, copuló con Eva y era padre de Caín». López de Rojas
también hace notar que la leyenda masónica indica que «la hermana de Tubalcaín
era Naema, la madre de todos los demonios, porque procedía del lado de Caín».
Robert Ambelain, toda una autoridad entre
los masones, con todos los grados del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, incluido
el 33°; todos los grados del Rito Escocés Rectificado, incluidos los de la Orden Interior y
todos los grados del Rito de Memphis-Misraïm, hasta el 95° incluido, entre
otras muchas «credenciales» masónicas, explica en su libro «El secreto
masónico» (Ed. Martínez-Roca) la leyenda de Hiram Abiff del mismo modo,
asegura, antes de exponer su genealogía, que ésta «hará temblar a ciertos
francmasones cándidos, que identifican a Hiram con Cristo» y habla de Iblis, el
primer antepasado del fundidor, llamándolo «el Ángel Rebelde, el Tentador, el
Ángel de la muerte». Añade además Ambelain que «de esta tradición extraña nació
un hábito, el de denominar valle al lugar en que se reúnen ciertos altos grados
de la masonería» y continúa afirmando que «en hebreo, la palabra se traduce por
Gehenna, término que designa el plano infernal en la religión judía», entre
otras «espeluznantes» explicaciones.
Este diario también ha consultado al Gran
Maestro Provincial de Castilla de la Gran Logia de España ¬obediencia masónica más
numerosa en afiliación de nuestro país¬, Manuel Moreno, quien ha negado
«categóricamente que la masonería tenga algo que ver con el concepto
luciferino», explicando que la leyenda de Hiram Abiff, expuesta tal como hacen
Robert Ambelain o López de Rojas, es una versión subjetiva y argumentando que
«si esta relación fuese cierta, se habría mencionado así en las condenas
papales».
¿Satán o el «dios de la Luz »?
López de Rojas, junto con otros muchos
masones (como Juan Carlos Daza), insiste en no identificar al «dios de la Luz » de la masonería o la
«Luz» masónica, con Satanás. En su opinión «esa identificación es producto del
maniqueísmo de los Padres de la
Iglesia católica». A esta objeción Ricardo de la Cierva , autor de «La
masonería invisible», opone un texto masónico reconocido. El historiador se
remite a uno de los autores masónicos más citados y respetados, Albert Pike.
«Así ¬explica a LA RAZÓN ¬
en su libro Morals and Dogma of the Ancient and Accepted Scottish Rite of
Freemasonry , Pike dice textualmente: LUCIFER (en mayúsculas en el original),
¿el Portador de la Luz !
¿Extraño y misterioso nombre, dado al Espíritu de las tinieblas!». De la Cierva afirma que Pike «se
refiere a lo que todo el mundo entiende por Lucifer, y para que no haya duda lo
explica sobre la marcha: el Espíritu de las Tinieblas , es decir el Demonio,
Satán, que a la vez es el Portador de la
Luz , la Luz
masónica que se conserva para los iniciados».
Por Juan Manuel Rodríguez.
MASONERÍA
Símbolos misteriosos. Rituales secretos.
Enseñanzas secretas. ¿Es esto una representación real de la masonería? ¿Tiene
realmente algo que ver la masonería con el ocultismo?
Siendo cerca de 34,000 logias alrededor
del mundo y con una membresía que alcanza casi los 6 millones, es obvio que la Enciclopedia Británica
le dé el título de la sociedad secreta más grande del mundo. Pero decir que
algo es secreto no significa forzosamente, que tenga que ver con el ocultismo.
De hecho la mayoría de los masones afirman que su organización no tiene nada de
oculto, sin embargo, mientras más indagamos sobre las enseñanzas de este grupo,
más clara es su imagen.
John Weldon, autor cristiano, nos reporta
cinco maneras con las cuales se promueve el involucramiento de sus miembros en
las ciencias ocultas. Primero la masonería apoya la muy popular posición del
movimiento de la Nueva Era
de que cada hombre contiene dentro de sí un poder sin límite que puede ser
desencadenado si se siguen ciertos pasos. Segundo, la masonería tiene una
filosofía y un sistema de símbolos, los cuales tienen un gran parecido a las
ciencias ocultas -por ejemplo la cábala, el rosacrucismo y la filosofía
hermética. Tercero, la masonería alienta a sus miembros a que descubran el
significado (o "verdades esotéricas") que existen en sus ceremonias y
símbolos. Cuarto, la masonería promueve el desarrollo de los estados alterados
de conciencia, un ejercicio que basa sus raíces en el misticismo. Para
finalizar, un buen número de masones consideran a su organización como el
vehículo que guiará al mundo a una era de iluminación de lo oculto.
"¿Por qué hay tantos masones que
desconocen este lado misterioso u oculto de la masonería"?, nos
preguntamos. La razón es que un gran número de los masones que ingresan al
grupo nunca avanzan más allá de los primeros niveles que la organización
ofrece. Sin embargo, los que sí progresan van llegando a niveles o grados más
elevados, donde gradualmente les van siendo revelados más y más detalles acerca
de las bases de su ideología, incluyendo su lado oculto. Es por lo tanto
imperativo que nosotros les informemos de los peligros que existen dentro de
las Logias Masónicas.
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