1- TRADICIÓN,
FAMILIA Y PROPIEDAD
La secta, de
origen católico, fue fundada en la década del veinte por el brasileño Plinio
Correa de Oliveira, quien trataba de difundir las profecías de la virgen de
Fátima.
La actividad principal fue la lucha contra el comunismo y
las enseñanzas del Concilio Vaticano II, como así también los documentos
episcopales de Medellín y Puebla. Fueron fervientes defensores de la dictadura
militar.
En noviembre de l984 sufrieron un duro revés, cuando el
gobierno de Venezuela ordeno la prohibición del grupo y los denunció por la
desaparición de varios jóvenes, los cuales eran trasladados al Brasil. Los
obispos de ese país expresaron que "la TFP incurre en desviaciones y manipulaciones de
la doctrina de la Iglesia ".
Meses después, abril de l985, la Conferencia Nacional
de Obispos Brasileños emitió el siguiente documento: "Es notoria la falta
de comunicación de TFP con la
Iglesia del Brasil, con su jerarquía y con el Santo Padre. En
su carácter esotérico, de fanatismo religioso y culto prestado a personificar
el nombre de María Santísima, conforme a noticias vinculadas, no puede deforma
alguna merecer la aprobación de la
Iglesia.. .Siendo así los obispos de Brasil exhortamos a los
católicos a no vincularse con TFP o colaborar con ella".
En la
Argentina tuvieron otro escándalo cuando el l991 expulsaron
al líder, Cosme Beccar Varela por actitudes blandas con los adeptos. Este
publico un libro interno, titulado En defensa propia, donde contaba las
humillaciones que pasaban los adeptos, pero el mismo trascendió a la prensa.
2- UGANDA: LA TRAGEDIA DEL SIGLO.
SUICIDIO RITUAL EN UNA SECTA CATÓLICA APARICIONISTA
SUICIDIO RITUAL EN UNA SECTA CATÓLICA APARICIONISTA
Dr.
Jorge Erdely.
INTRODUCCIÓN
El
suicidio colectivo como rito es un fenómeno religioso novedoso que hizo su
aparición en la recta final del siglo XX. Dicho fenómeno, aunado a eventos muy
peculiares de terrorismo sectario apocalíptico, ha ido aumentando en frecuencia
y notoriedad desde 1978. Este estudio esta basado en una investigación más
amplia que presenté el 2 de julio del 2000 en el VIII
Congreso Latinoamericano sobre Religión y Etnicidad, celebrado en Padua,
Italia, como parte del simposium sobre "Nuevos Movimientos
Religiosos".
TERRORISMO APOCALIPTICO EN
UGANDA
La
reciente tragedia de Uganda, en donde más de mil integrantes de un grupo
aparicionista escindido de la Iglesia Católica protagonizaron el
suicidio-homicidio colectivo ritual más grande de la historia contemporánea,
sobrepasó al clásico evento de Jim Jones en Guyana. Sus características parecen
haber cumplido simbólicamente un ciclo histórico de terrorismo apocalíptico y
abierto otro con perspectivas más espeluznantes.
Al momento de escribir este análisis no existen aún estudios terminados sobre
el caso de Uganda y el Movimiento para la Restauración de los
Diez Mandamientos. Los investigadores que no radicamos en África estamos
temporalmente limitados a obtener nuestra información de fuentes secundarias y
eso hace que cualquier análisis sea necesariamente preliminar. Hay asimismo
pocas fuentes primarias relevantes disponibles. Esto no es inusual si se
consideran tres factores: uno, que el Movimiento para la Restauración de los
Diez Mandamientos realizaba sus actividades con un alto grado de secrecía, pues
la cúpula estaba involucrada en actos criminales: dos, que mucho material fue
destruido a propósito; tres, que muy pocos de los ex-integrantes sobrevivieron.
Muy pocos vecinos, conocidos, familiares de las víctimas, o testigos de las
actividades de la secta han estado dispuestos a aportar información amplia y
detallada. La razón en más que evidente. Una organización que cuenta con el
poderío para llevar a cabo la desaparición sistemática de cientos de disidentes
sin que una nación entera lo note y sin tener fugas de información debe haber tenido
características bastante peculiares. Uganda, una nación que ha sufrido
dictaduras como la de Idi-Amín con sus horrores, aún no sale de su shock y la
gente que tuvo relación con la secta sigue presa del temor. A pesar de esto, la
información de las fuentes secundarias y unas cuantas primarias, aunada a la
evidencia circunstancial del caso, aportan suficientes datos para saber qué
pasó el 17 de marzo del 2000.
EL MOVIMIENTO PARA LA RESTAURACIÓN DE
LOS DIEZ MANDAMIENTOS
El
Movimiento para la
Restauración de los Diez Mandamientos (MPRDDM), surgió en
1978 como una versión más de los grupos carismáticos que reclaman tener
visiones de la Virgen
María y eventualmente se convirtió en una escisión de la Iglesia Católica
Romana de Uganda. Sus líderes más visibles eran Credonia Mwerinde, el sacerdote
Dominic Kataribaabo y Joseph Kibwetere. Teológicamente, el grupo, que llegó a
reclamar tener cinco mil miembros, tenía una fuerte identificación con las
tradiciones místicas y ascéticas del catolicismo histórico. Asimismo
incorporaba elementos sincréticos propios de la cultura y mitos populares de
Uganda. Entre los signos más evidentes del ascetismo están las prácticas
cotidianas a que se sujetaban los miembros del movimiento: una sola comida al
día, largas jornadas de trabajo, abstinencia sexual absoluta, privación del
sueño y prohibiciones para hablar, comunicándose por períodos sólo a través de
signos manuales. Obtener la membresía en el movimiento para La Restauración de los
Diez Mandamientos implicaba renunciar a las comodidades terrenales y donar el
dinero a los líderes.
El
elemento místico es más prominente aún: El grupo era esencialmente
aparicionista y se guiaba por supuestas visiones donde la Virgen María daba
mensajes directos a sus principales líderes, algunos de los cuales también
funcionaban como oráculos vivos en otras categorías.
LIDERAZGO DEL GRUPO
APARICIONISTA
Los
dirigentes más prominentes eran el sacerdote D. Kataribaabo quien tenía una
maestría en Estudios Religiosos por la Universidad Jesuita
de Loyola-Marymount en los Ángeles, Estados Unidos. Kataribaabo no estaba
ex-comulgado de la
Iglesia Católica como publicaron muchos medios de
comunicación, sino que tenía una suspensión a divinis, término técnico para
referirse a que su obispo lo había disciplinado para que no oficiara como
sacerdote hasta que se resolvieran sus diferencias doctrinales. Joseph
Kibwetere quien era conocido como el profeta de la organización, era un laico
activo con historial médico de crisis maniaco-depresivas. Había sido también un
político reconocido. Su expediente clínico en el Hospital Psiquiátrico Butabika
en Kampala, capital de Uganda, menciona que estuvo internado por esta causa por
última vez en 1998. Kibwetere era uno de los principales videntes de la
secta.
Credonia
Mwerinde había sido una mujer conocida por su vida promiscua. Hasta su ingreso
al MPRDDM había sido dueña de una cantina en Kanungu, la cual administraba con
gran éxito. Algunas monjas y otros sacerdotes también formaban parte del
liderazgo, pero el consenso es que las tres personas antes descritas tenían la
preeminencia, con un rol especial que se le adscribe a C. Mwerinde, como la más
influyente de los tres. Es importante tener en mente la estructura de este
liderazgo, pues es lo que se puede llamar un liderazgo mesiánico colectivo que
en la práctica opera ante los seguidores como una misma entidad representativa
de la divinidad.
INFIERNO EN KANUNGU
Con
motivo del advenimiento del año dos mil, los líderes del MPRDDM hicieron una
predicción. El mundo acabaría el 31 de diciembre de 1999. Al no cumplirse esto,
se fijó como nueva fecha el 17 de marzo del año 2000 pero en esta ocasión se le
dio un nuevo giro a la predicción: no se trataría del fin del mundo solamente,
sino que la Virgen
misma descendería al encuentro de los fieles del MPRDDM para llevarlos de su
templo al cielo, como recompensa por haber seguido sus instrucciones dictadas a
los videntes. La tarde del 17 de marzo alrededor de 530 miembros provenientes
de distintas regiones de Uganda, incluidos al menos 78 niños, se dieron cita en
el templo principal de la organización y cerraron con tablas las ventanas y las
puertas desde adentro. Después de algunas horas de cantar himnos religiosos,
los vecinos escucharon un fuerte ruido y se percataron de que salían llamas del
templo. Todos murieron en el interior en pocos minutos.
¿SUICIDIO U HOMICIDIO?
La
confusión entre las versiones iniciales de que se trató de un suicidio
colectivo por motivos religiosos, y la posición posterior motivada
políticamente del Gobierno de Uganda de que realmente había sido un homicidio,
se puede dilucidar simplemente atendiendo a los hechos objetivos. Existe
consenso entre los investigadores de que en sí misma la reunión de ese día no
sólo era religiosa sino tenían un carácter excepcional para los integrantes de
la secta. Muchos habían viajado largas distancias desde el interior del país
para estar allí a tiempo. En los días previos fue notorio que habían ido a
despedirse de amigos y familiares por distintas villas y poblados, anunciando
su partida de este mundo y dando un último mensaje proselitista. También
vendieron sus posesiones, o las remataron a mitad de precio. Lo que no se pudo
vender se quemó en una fogata un día antes del suicidio. También se realizó un
banquete por tres días, en el cual se consumieron tres bueyes y una gran
cantidad de refrescos de soda. El banquete tiene un valor simbólico muy
especial si se considera el carácter ascético del MPRDDM. Los feligreses se
vistieron de togas especiales blancas y de otros colores antes de entrar en el
templo, el cual era considerado a la sazón, la sede del movimiento.
ELEMENTOS RITUALES PRESENTES
Los
elementos rituales que están presentes sustentan esta tesis: cuando entraron a
ese templo a celebrar un culto de varias horas, los miembros de la secta
estaban convencidos de que la
Virgen se les aparecería para llevarlos al paraíso. Sólo así
escaparían del fin del mundo que estaba por sobrevenir casi simultáneamente. En
tipología teológica, el templo se habría convertido en una suerte de "arca
de la salvación"; sólo los que entraran allí se salvarían y el resto de la
humanidad perecería. En similitud con Génesis 7:16, incluso hay un momento en
que la "puerta del arca" se cierra en forma definitiva. Esto viene a
ser representado por el sellamiento de accesos al templo desde adentro.
Dado lo anterior, la pregunta se centra entonces en si los miembros sabían o no
el medio - muerte por incineración- por el cual tendrían acceso al paraíso, o
en este caso, si creían que la
Virgen utilizaría ese medio para cumplir dicho propósito.
La
evidencia es contundente en el sentido de que la gran mayoría de adultos sí lo
sabía; he aquí las razones:
EL DÍA DE LA PREDICCIÓN
Es un
hecho comprobado en la escena de los hechos que lo que se quemó fue esencialmente
la gente. El local, incluso objetos relativamente cercanos sufrieron daños de
una naturaleza distinta a la de los cuerpos o ninguno en lo absoluto. En otras
palabras, se quemaron las personas. No hubo un incendio del templo, sino de la
gente. Reportes de los vecinos y los posteriores peritajes de la policía de
Uganda, confirmaron que sólo se utilizó gasolina como combustible. La hipótesis
inicial de que al combustible había sido añadido ácido sulfúrico para producir
una mezcla explosiva, fue eventualmente descartada por los peritajes químicos.
En otras palabras, los integrantes del MPRDDM no murieron víctimas de una
explosión planeada secretamente por los líderes. Independientemente de la
confirmación de los peritajes sería extraño pensar en bombas de capacidad tan
selectiva que destruyen sólo seres humanos y no objetos flamables que estaban
allí cerca.
La única explicación coherente para un escenario como el que se describe es
una. La gente se roció de combustible o permitió que otros los rociaran. Es
difícil imaginar que adultos empapados de gasolina junto con sus niños no
supieran de qué se trataba el asunto. El simple olor de tal cantidad de
combustible en un local encerrado y un elemental instinto de supervivencia
hubiesen sido suficiente advertencia para que la multitud simplemente saliera
despavorida del templo desde el inicio de los rociamientos. Unas cuantas tablas
de madera en las ventanas y las mismas puertas cerradas con llave hubieran
cedido fácilmente ante la presión de un tumulto de cientos de personas presas
del pánico. Es obvio también que si los dirigentes hubiesen pensado que la gran
mayoría de la gente iba a querer escapar, hubieran recurrido a medidas de
seguridad más eficaces. Jim Jones, por ejemplo, sabía que una parte de sus seguidores
se negarían a auto-inmolarse bebiendo cianuro. Para ello recurrió a dos cosas:
una guardia armada con metralletas y el aislamiento en la selva de Guyana, que
presumiblemente prevendría tanto huidas como ayuda oportuna del exterior. El
suicidio colectivo de Jonestown duró varias horas al interior de la selva, pero
el de Kanungu sólo unos cuantos minutos en plena ciudad.
Las
ventanas cerradas con tablas por dentro del templo del MPRDDM pudieron haber
tenido quizás la intención de detener a algún feligrés que cambiara de parecer
a última hora, y seguramente la de prevenir alguna intervención del exterior,
en especial las miradas de curiosos, sobre todo en los momentos previos a la
conflagración.
EL FUEGO DE LA PURIFICACIÓN
No
sabemos si los dirigentes del MPRDDM prometieron o no a sus seguidores una auto
inmolación sin dolor, pero hay antecedentes interesantes del pensamiento mágico
que prevalece en ciertos grupos mesiánicos de Uganda. Por ejemplo el llamado
"Holy Spirit Movement", una guerrilla religiosa sectaria que peleó
contra el gobierno federal de Uganda durante años, prometía a sus seguidores
que no sufrirían daño alguno de las balas de los fusiles enemigos si se untaban
un aceite mágico. Cientos murieron por esa creencia en ataques suicidas. Por la
misma razón, no es ilógica la explicación de que los pocos cuerpos apiñados
alrededor de las salidas del templo del MPRDDM intentaron huir como simple
reacción del sistema adrenérgico al sentir el dolor del fuego y no porque
fueron sorprendidos por el incendio. El dictamen forense final indica como la
causa de la muerte de todos los participantes en el culto del 17 de marzo,
shock neurogénico por quemaduras.
La
naturaleza ritual del suicidio de Kanungu se confirma con sugestivas frases
suicidas encontradas en los salones de clase en el mismo complejo donde ocurrió
la tragedia. El fuerte énfasis de la escatología sectaria en el fuego y sus
inherentes significados simbólicos como elemento de purificación en la teología
católica del purgatorio, añaden sustento a esta posición.
El caso
de Uganda fue por lo tanto un evento típico de suicidio colectivo como
ceremonia religiosa de paso a otra dimensión de la existencia. El elemento del
homicidio en los sucesos del 17 de marzo se restringe esencialmente al caso de
los menores de edad que perecieron en el templo. No se trató de unos cuantos
líderes que engañaron a medio millar de incautos sino de un Trastorno Psicótico
Compartido transmitido por los dirigentes a la feligresía a través de
mecanismos bien definidos.
LOS DISIDENTES: "FUERA
DEL ARCA DE LA SALVACIÓN "
El
epílogo del caso de Uganda está lejos de escribirse y las investigaciones aún
continúan. Como es del dominio de la opinión pública, la segunda parte de la
tragedia se desarrolló en los meses previos al suicidio ritual pero se
descubrió hasta después. A la fecha, se han encontrado alrededor de 500
personas más asesinadas por la secta del MPRDDM, todas en fosas comunes dentro
de propiedades del grupo y en algunas de las casas de los líderes. Este
hallazgo duplicó la cifra de personas muertas, y añadió cientos de niños y
mujeres a los conteos oficiales. Cálculos conservadores ubican el total
alrededor de mil. Es evidente, que por su naturaleza y magnitud numérica, los
sucesos de Uganda rebasan en muchos sentidos a la tragedia de Jim Jones en
Guyana.
UGANDA: ¿UN NUEVO PARADIGMA
DE TERRORISMO SECTARIO?
Varias
características seguramente harán del caso del MPRDDM el nuevo paradigma para
estudiar sectas destructivas y sus dinámicas internas. Mucho menos sofisticada
que Verdad Suprema y menos dependiente de tecnología e imperios financieros
para lograr sus propósitos, MPRDDM logró llevar a cabo un plan brutal y sistemático
de eliminación masiva de disidentes y familiares de las víctimas que se
aventuraban a pedir información sobre su paradero. En el proceso cultivaron, a
la vista de todos, plantas para extraer poderosos venenos, cavaron fosas
comunes y las llenaron de cientos de cadáveres, sin tener un solo caso efectivo
de deserción o motivar denuncias de las comunidades donde vivían. Las
implicaciones que esto tiene en términos de secrecía, uso del miedo como arma
para controlar, captación de autoridades gubernamentales, apología del delito e
inhibición del juicio crítico por técnicas de manipulación, son difíciles de
describir y seguramente serán objeto de muchos estudios en el futuro.
HIPÓTESIS SOBRE EL GÉNESIS
DEL CONFLICTO
No
todos los disidentes de MPRDDM murieron por envenenamiento. Un número fue
asesinado a golpes, otros más estrangulados y el resto por heridas de arma
blanca. La mayoría eran mujeres y niños. Sobre el génesis de esta segunda parte
de la tragedia de Uganda, hay varias hipótesis. Las que han obtenido más
consenso son dos:
1) Al no cumplirse la predicción del fin del mundo el 31 de diciembre del 2000,
muchos integrantes solicitaron, desilusionados, la devolución de sus bienes y
propiedades que habían donado a los líderes. Algunos habrían amenazado con
iniciar acciones legales.
2) Después de la fallida predicción se gestó una disidencia al interior que
intentó descalificar al liderazgo en base a la falta de precisión profética.
Estas hipótesis no son mutuamente excluyentes. Cualquiera haya sido la razón,
la respuesta del liderazgo del MPRDDM y sus cómplices fue rápida, eficaz y bien
planeada. Es probable que muchos de los adultos que después participaron en el
suicidio religioso del 17 de marzo, hayan sido cómplices de la eliminación de
los disidentes y demás víctimas. Matar a 500 personas a lo largo de varios
meses y sepultarlas en fosas comunes en forma discreta, no pudo haber sido
llevado a cabo por unos cuantos líderes, menos aún pasar desapercibido para el
grueso de la comunidad religiosa.
UN ESCENARIO FAMILIAR
Una
mirada retrospectiva al culto de Kibwetere y Mwerinde evidencia los elementos
siempre presentes en las sectas destructivas más notorias de los últimos
treinta años. Son prominentes el liderazgo mesiánico y las demandas de
obediencia incondicional. Como argumento más adelante en mi tesis, estos
factores son indispensables para que pueda existir potencialidad suicida. Están
allí también la ritualización del suicidio como ceremonia escapista, la
secrecía y los nexos políticos que detienen las investigaciones, así como el
factor económico como punto importante en la dinámica sectaria, la aplicación
sistemática de técnicas para inhibir el juicio crítico de los seguidores, y
diversas actividades ilícitas paralelas en donde destaca, aunque no en todos
los casos, la eliminación de disidentes. Tanto la Orden del Templo Solar como
la secta japonesa Verdad Suprema y el Templo del Pueblo en Guyana, participaron
en actos sistemáticos de eliminación de disidentes antes de cometer
respectivamente suicidios masivos o ataques terroristas.
(Para mas sobre sectas y eliminación de disidentes véase el artículo del Dr.
Benjamin Beit-Hallahmi, profesor de Psicología en la Universidad de Haifa,
Israel, "Integrity and Suspicion in NMR Research". Su estudio está
basado en la investigación "Advocacy and Research on New Religios
Movement" presentada en la reunión anual de la Society for the Scientific
Study of Religion, San Diego, California 1997.)
BIBLIOGRAFÍA SELECTA
1 Goffman, Erving. Asylums: Essays on the Social
Situacion of Mental Patients and other Inmates. New York: Anchor, 1961.
2 Mullins, M.R. "Aum Shinrikyo as an apocalyptic movement". En Millenium,
Messiashs and Mayhem. Editado por Robbins y S. Palmers. New York: Routledge, 1997.
3 Beit-Hallahmi, Benjamin. The Ilustrated Encyclopedia of Active New
Religions, Sects, and Cults. New York: Rosen publishing, 1998.
4 Behrend, Keike. La
Guerre des Espirits en Ouganda: Le Movement du Saint-Esprit
d'Alice Lakwena. Paris:
L´Harmattan, 1997.
Fuente: Jesucristo soberano.com
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