Su fundador es el argentino Mario Rodríguez Cobo, mas
conocido por Silo. El grupo comienza a funcionar en los años sesenta y a través
de su historia fue cambiando de nombre:Poder Joven, La Comunidad , Partido
Humanista, Partido Verde y desde l988 como El Movimiento.
La base teórica del siloismo consiste en practicar varias
técnicas de autoliberación que llevan ‘a reconciliar el pasado, presente y
futuro’ de cada persona. El adepto deberá realizar ‘experiencias guiadas’ con
un instructor que consiste en ejercicios de meditación que le permiten
reconciliarse con el pasado. Otra de las experiencias de meditación es
encontrarse con el ‘guía interno’ que debe ser construido y encontrado por el
propio adepto. El ‘guía’ ha de tener tres requisitos: "sabiduría, bondad y
fuerza" ; no es un ser ‘físico’ y su presencia ‘solo se siente’ y para ser
invocado ha de ser llamado con ‘una gran fuerza emotiva’ .
El siloismo se ha expandido por varios países
latinoamericanos y europeos. Silo vive actualmente en la provincia de Mendoza.
Toda la provincia está inundada de carteles con su nombre.
Algunas calles de Buenos Aires también. Su trabajo es conocido desde hace más
de ocho años, y las escuelas inspiradas por él han llegado a provocar serias
crisis universitarias. Dice pertenecer a una escuela del conocimiento —sin
nombre especifico— que imparte una enseñanza desde que el hombre es hombre, y a
la cual pertenecieron casi todos los genios de la historia, incluidos Cristo y
Moisés. Vive en un punto muy especial de la cordillera: justo donde confluyen
los cordones del Aconcagua, del Plata y de Chorrillos. Es uno de los siete
puntos del mundo que su escuela denomina Chakras. No es fácil llegar hasta
allí; dos hombres se trasladaron hasta Punta de Vacas (a 200 kilómetros de
Mendoza), caminaron luego 10 kilómetros (cruzando dos ríos, uno de ellos
mediante la utilización de un primitivo alambre carril) hasta llegar a la
morada de Silo, una construcción de 4 metros por 4, con paredes y techo de
piedra. No le cuesta hablar de su vida, su creencia, sus principios de acción.
"Yo no sé por qué la Gendarmería me
persigue. No hace mucho me demolieron una casa prefabricada. Esta no creo que
puedan. Me llamo Mario Rodríguez Cobos, tengo 31 años y mi familia es de buena
posición económica. A los 12 años me interesé por esta escuela y a los 24,
luego de agotar mis estudios en Argentina, viajé a Nápoles, Italia, donde tiene
su sede la escuela Tahagata, una de las más antiguas. A ellos les pareció que
yo podía cumplir una misión especial en América: la de un nuevo mesías. Yo no
soy enviado de Dios, pero América está pasando por un momento psicológico muy
especial: hace falta un líder, un mesías. Al mismo tiempo está tomando
conciencia de que es un continente. Eso se denomina momento mesiánico y el que
encarne ese liderazgo es, de hecho, un mesías, sea o no enviado por Dios. Yo
trataré de serlo."
La escuela Tahagata le dio por nombre Silo, que significa
granero y además tiene un significado bíblico (Génesis, capítulo 49).
"América —continúa Silo— después de la conquista
española perdió la noción de sí misma y siempre ha luchado infructuosamente por
su recuperación. A mi regreso de Europa me decidí a organizar el trabajo de
escuela y el 5 de mayo de 1967, cuando comprobé que las cosas marchaban por sí
solas —existen seminarios de formación en Jujuy y Córdoba—, me retiré a este
punto, que equivale al Ararat en el chakra de Medio Oriente, o al Everest sobre
el chakra del Himalaya, y que está ubicado a 33 grados de latitud sur, así como
Belén está a 33 grados de latitud norte."
Los nuevos propósitos de Silo son encarar ahora el
trabajo para creyentes de todos los niveles. Lograr que la gente piense, quiera
y actúe en la misma dirección. Según él, es muy común querer una cosa, pensar
otra y hacer lo contrario de ambas. Por eso es importante lograr una igualdad
de dirección entre sentimiento, pensamiento y acción.
"El trabajo está muy adelantado en todos los países
latinoamericanos —prosigue—, y en la Argentina no me importa el fracaso.
Históricamente se demuestra que ningún profeta prendió en su tierra."
Ríe cuando recuerda los nombres elegidos por algunos
grupos de trabajo argentinos, que revelan un afilado sentido del humor: Kronos,
Cristecat, Los Caballeros Temporarios, Movimiento Pacifista, Los Caballeros
Americanos de la Orden
del Fuego, y otros. El Movimiento Pacifista Mundial está conectado con estas
escuelas.
Se hace de noche y Silo prende fuego. Le gusta hablar de
historia, ciencias en general (conoce mucho de anatomía y sabe el nombre de mil
estrellas y constelaciones), la vida y el mensaje de Cristo. Tiene un cuerpo
atlético (que domina a conciencia, como los yogas), viste una camisa clara,
pantalón del mismo color sujeto con un cinturón ancho, y botas. De pronto trepa
unos cuantos metros y contento como un chico, grita:
"¡Esto es una maravilla! El único lugar desde donde
se pueden ver el Tupungato, el Aconcagua y el Cordón de Plata. De noche me
gusta quedarme mirando las constelaciones, escuchando el ruido del agua que
brota de la vertiente y mirar cómo caen cientos de meteoritos. Por cierto que
es un lugar muy especial. Hasta el aire es distinto..."
El también.
Fuente: magicasruinas.com
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